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187 Antonio Fonfría El gasto en defensa en España. Una nota metodológica 3. Evolución del gasto en defensa en España según diversas fuentes La diversidad de definiciones del gasto revisadas da cuenta de la complejidad del análisis que implica su comparación. A esta “realidad poliédrica” se amarran defensores y detractores del gasto en defensa, distintas vertientes políticas y análisis que parten de concepciones apriorísticas. Una manera de evitar esta situación es realizando un estudio comparativo del gasto en defensa español a través de las fuentes principales que lo estiman. Tal y como se ha expuesto, cada institución construye o utiliza una definición que no tiene porqué coincidir con el resto. De ahí se derivan resultados del gasto mayores o menores. Las comparaciones internacionales exigen la homogeneización de la información para su uso correcto. Para ello se ha utilizado los dólares en términos de Paridad de Poder de Compra14 (PPP) como tipo de cambio más adecuado. Esta aproximación utiliza una cesta común de bienes y servicios para los países, y la valora en términos de cada moneda nacional. De esa manera, y comparando el coste en monedas de cada país, se obtiene el tipo de cambio de PPP. Además, el uso de distintos tipos de cambio afecta sustancialmente al gasto en defensa, tal y como ha demostrado Brzoska (1995) y la conversión a través de PPP refleja el coste de oportunidad del gasto en defensa, por lo que resulta el más adecuado. No obstante, la mayor parte de las series utilizan otros tipos de cambio, por lo que se ha procedido a su homogeneización. Por lo que se refiere a la evolución de los precios, se ha optado por el uso del deflactor del PIB, ya que no hay un deflactor ad hoc para el gasto en defensa español15. En general, son muy pocos los países que estiman deflactores de precios de los bienes militares, aunque OTAN los calcula habitualmente y, en general suelen ser mayores que los deflactores de productos civiles comparables. Algunas de las causas de su mayor tamaño son el importante carácter oligopolista del mercado de defensa, que confiere a las empresas cierto poder de mercado que se suele reflejar en elevaciones de precios y beneficios extraordinarios16, la intensidad elevada en el uso de capital tecnológico y humano, así como la baja elasticidad-precio de los productos demandados por los ministerios de defensa, comparado con otros tipos de bienes17. 14  En inglés Purchasing Power Parity (PPP). Véase, KRUGMAN, P.R. y OBSTFIELD, M. “International Economics. Theory and policy”. Pearson, Boston. Mass. 2010, para una amplia explicación. 15  Este aspecto es de gran relevancia, pues debido a la heterogeneidad de los bienes y servicios relacionados con la defensa. Sería por tanto necesario derivar un deflactor vinculado a éstos. Adicionalmente, permitiría una valoración más adecuada de los recursos destinados a la defensa. SOLOMON, B. “The demand for Canadian defence expenditures”, Defence and Peace Economics, 16 (3), 2005, pp. 171-189, critica la falta de este índice y muestra un diferencial elevado entre los precios de los bienes civiles y militares para el caso de Canadá, lo cual afecta a la cuantía total del gasto en defensa. 16  Sobre este particular véase la estimación de FONFRÍA, A. “Estructura, Conducta y Resultados de la industria española de defensa” Cuadernos Aragoneses de Economía, 2ª época, vol. 22, 1-2, 2012, pp. 11-3, para la industria española de defensa. 17  Véase MARTÍ, C. “The European Security Industry. A research agenda”, Defence and Peace Eco


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