Page 19

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 841

dena crear una unidad especial, el JV (por Jagdverband) 44, dotada con lo mejor en personal y material. Se esperaba que al mandarlo a primera línea de combate, acabase cayendo ante los proyectiles… pero no sucedió así. Se le autorizó a escoger a quienes el decidiera y este optó por los mejores, los pilotos más experimentados y con mayor bagaje de victorias; también es cierto que la mayoría de ellos permanecían en tierra por la escasez de combustible que asolaba a la gran mayoría de las unidades de combate de la Luftwaffe. Tanto es así que los seis pilotos con más victorias del JV 44 sumaban entre ellos más de mil cien derribos y que la media de los once siguientes era superior a los 50 derribos; otros pilotos de la Luftwaffe bromeaban afirmando que la Cruz de Caballero, la más alta condecoración que el régimen nazi concedía a combatientes, era parte estándar en la uniformidad del JV 44. Por otro lado, junto con el mejor grupo de guerreros aéreos que pudo juntarse, se les dotó del mejor material, el revolucionario Me 262 Schwalbe (golondrina) al que solo la injerencia política de querer convertirlo en cazabombardero le privó de entrar mucho antes en la contienda y quién sabe si haber alterado el devenir de esta3. Una vez en vuelo, el Schwalbe era superior al mejor de los cazas aliados; sin embargo, tenía un talón de Aquiles en forma de bajas prestaciones por debajo de los 15.000 pies y poca maniobrabilidad y aceleración en las fases de despegue y aterrizaje. Para solucionarlo, el JV 44 fue dotado con cinco Focke Wulf 190D, que ejercían de protección aérea a 1.500 pies mientras los Me 262 despegaban o aterrizaban. La Flack (artillería antiaérea alemana) proporcionaba una burbuja adicional de protección. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2015 177


REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 841
To see the actual publication please follow the link above