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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 852

do, dos grandes mod. 6XB de unos 40 m2 de superficie y tres pequeñas mod. 2XB de 20 m2. El suministro eléctrico dependía de un pequeño grupo electrógeno de 20 KVA. En cuanto al equipamiento de electro medicina estaba suficientemente dotada, disponía de los equipos necesarios para instalar las áreas de triaje, estabilización, pre quirófano, quirófano, uci, hospitalización, odontología, ginecología, laboratorio, rayos x, farmacia y veterinaria. Fue entonces, en las navidades del 2001, cuando fue activada ante un posible despliegue en Afganistán. Inmediatamente comenzamos con los preparativos y puesto que en la UMAD no se contemplaba material de campamento, nos pareció oportuno realizar una visita al EADA en la Base Aérea de Zaragoza para ver “in situ” los apoyos que realmente podían darnos, caso de que se llegara a desplegar. El material de que disponían estaba, sobre todo el de campamento, más orientado para la subsistencia personal que para dar el apoyo a otras unidades y menos aún para una unidad sanitaria. Disponían de bastantes tiendas, la mayoría individuales y de un grupo electrógeno, pero ni de váteres ni de duchas y mucho menos de contenedores de abluciones. En resumen, eran gente extremadamente voluntariosa y de gran profesionalidad, pero con medios muy escasos para el apoyo que nosotros íbamos a necesitar. Tras estudiar la situación, se decidió que si se quería que la sanidad operativa del E.A. fuese una realidad, había que aprovechar esta oportunidad y dar un paso adelante, aun sabiendo que los comienzos no serían fáciles. La UMAAD tenía que desplegar, para ello había sido creada y si no, no tendría razón de ser. Se adquirieron los elementos de vida más necesarios para el despliegue; un grupo electrógeno, equipos de calefacción, sacos de dormir, wáteres químicos, etc. En cuanto a la medicación y productos sanitarios, al ser la UMAD una sección del Hospital del Aire, éste se responsabilizó de su suministro. Para establecer la cadena logística de abastecimiento la opción más rápida y eficaz fue utilizar lo que ya teníamos: las farmacias. En concreto se “activaron” las farmacias de Zaragoza y la de Torrejón. El contingente de unas 45 personas; 25 de sanidad y el resto, configurado por la Jefatura, intendencia, comunicaciones y seguridad, fueron rápidamente nombrados e instruido por el EADA. Y por fin llegó el día, el 31 de enero salíamos hacia la Base Aérea de Bagram (Afganistán) en dos C-17 del ejército dstadounidense. Entre la Dirección de Sanidad y la EADA, se había tenido el tiempo justo de preparar un contingente que incluía un Role 2 y todo lo necesario para subsistir dos meses sin apoyo logístico de ningún tipo en el tiempo record de veinte días. La misión duró unos ocho meses, siendo los dos primeros bastantes duros, tanto por las condiciones de vida como por la climatología. El trabajo desarrollado fue intenso, atendiendo tanto a los heridos como a la población civil, extremadamente pobre y muy necesitada de una elemental asistencia sanitaria. El abastecimiento, dirigido desde la subdirección Logística Operativa y en perfecta coordinación con las farmacias “activadas” funcionó satisfactoriamente y el Role 2 tuvo sus necesidades cubiertas hasta la finalización REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Abril 2016 325


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