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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 852

AVIACIÓN MILITAR do la peor parte en la reducción de los presupuestos de defensa desde 2001, que ha volcado sus prioridades en operaciones de lucha contra el terrorismo y la estabilidad en Irak y Afganistán, a expensas de la contratación y la modernización de la Fuerza Aérea. Así el Ejército ha pasado en estos 15 años de 480.000 soldados a 450,000 el número de marines ha aumentado de 172.000 a 182.000. La Armada estadounidense se ha visto reducida de 316 a 308 buques mientras que la Fuerza Aérea ha retirado del servicio sus bombarderos supersónicos General Dynamics F-111 “Aardvark”, los legendarios McDonnell Douglas F-4 “Phantom” y los pioneros de la furtividad Lockheed F117 “Nigthawk”. Simultáneamente el programa Lockheed F-22 “Raptor” que en 1994 tenía prevista una producción de 750 unidades se ha quedado reducido a 187 aviones. La situación se ve agravada por la falta de pilotos de combate que sufre un déficit de 511 pilotos y que podría llegar a 834 en 2022 si no se hace algo para remediarlo. En los próximos años la industria aeronáutica estadounidense se enfrenta a una crisis importante con el fin de la producción de cazas como el F-16, F-15 y Boeing F/A-18 mientras los tres servicios esperan ir recibiendo las tres variantes del F-35. Tanto la Marina como la Fuerza Aérea ya exploran la definición de un caza de sexta generación tripulado (o no tripulado) que haciendo el mejor uso de las tecnologías existentes pudiera estar disponible en un plazo razonable de 10 o 15 años y la USAF renuncia a la opción que se ha barajado últimamente de reabrir la cadena de montaje del F-22 . El último “Raptor” salió de la línea de montaje en Marietta, Georgia en diciembre de 2011, pero todo el utillaje de fabricación se preservó ante la posibilidad de reanudar la producción con posterioridad. El coste estimado de una serie de 75 aviones adicionales se cifra en 17,000 M$ o lo que es lo mismo 267 M$ por avión que justifican la postura de la USAF de acometer un nuevo proyecto FX y llevar a cabo un salto controlado, mas evolutivo que revolucionario a la sexta generación, dimensionándolo tanto en coste como en tiempo. Australia externaliza el entrenamiento de pilotos El Ministerio de Defensa ha ., adjudicado al consorcio industrial “Team 21” liderado por Lockeed Martin el entrenamiento conjunto de los pilotos de la Fuerza Aérea, Armada y Ejército. La industria Pilatus Aircraft proveerá 49 Pilatus PC-21 junto con siete simuladores, la industria local Hawker Pacific garantizará su mantenimiento, el Ministerio de Defensa suministrará los pilotos instructores y Lockheed Martin se hará cargo de gestionar el programa que debe preparar 105 pilotos por año para enfrentarse con una transición natural a los aviones de cuarta y quinta generación, que los tres servicios tienen en inventario. El entrenamiento avanzado y la calificación se seguirá efectuando dentro de la Fuerza Aérea, concretamente en la Base de Pearce en el Oeste de Australia. El contrato tiene una duración inicial de siete años comenzando en 2017. Este consorcio “Team 21” con un modelo muy parecido, opera con éxito actualmente en Singapur habiendo superado las 50.000 salidas y formado a más de 300 pilotos. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Abril 2016 263


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