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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 846

su padre como su hermano mayor fueron afamados pilotos civiles. Su padre, Juan Pombo Ibarra, ya en 1913 había realizado el primer vuelo entre Santander y Madrid; su hermano Teodosio (Medalla Militar y Medalla Aérea) fundador de una larga dinastía de pilotos civiles, siendo ya cuatro generaciones aeronáuticas Pombo. Juan Ignacio Pombo, con apenas 15 años comenzó a recibir clases de vuelo de su hermano, profesor en la Aero Escuela Estremera. Pocos años después, colaborando con Teodosio en la Escuela que montaron en Sandica, comenzó a acariciar la idea de un vuelo transatlántico. Muchas fueron las dificultades que el joven piloto tuvo que resolver, sobre todo las referidas al tema económico. Tras numerosas entrevistas y exposiciones ante organismos oficiales y privados, tanto en Santander como en Madrid y a través de la Comisión provuelo constituida para tal fin poco a poco fue resolviendo todos los problemas, consiguiendo el dinero necesario para llevar a cabo su aventura. El avión elegido por Pombo era una avioneta British Aircraft “Eagle 2”, con tren retráctil y dotada de un motor Gipsy Major de 130 CV. Tras introducir diversas modificaciones solicitadas por el joven piloto como la supresión de los alojamientos para los dos pasajeros, supresión del doble mando y otros pequeños detalles en beneficio de la carga de combustible para conseguir un alcance teórico de 3.800 km., la avioneta fue bautizada, como no podía ser menos, “Santander” y matriculada EC-CBB. El 13 de mayo de 1935 comenzó la extraordinaria aventura. Tras pasar por Madrid y Sevilla (lugar éste del inicio del vuelo de Barberán y Collar) y tras las sucesivas etapas por la costa atlántica africana, aterriza en Bathurst, en la colonia británica de Gambia, desde donde iniciaría el salto del atlántico hasta Natal en Brasil. El día 20, navegando a la estima, recorre los 3.160 km. que separan ambas ciudades en un tiempo de 16 Itinerario del raid de Pombo. horas y 47 minutos, llegando a tierra ¡con solo 17 litros de combustible! Cinco días más tarde, rompe la avioneta al despegar de un embarrado campo en tierras brasileñas. Generosamente la casa inglesa le envía un mecánico y una nueva célula que le hace retrasar su viaje en mes y medio. Se pasaron a la nueva celula el motor, los depósitos, instrumentos, tren de aterrizaje y todo lo utilizable de la “Santander” avenida. Una vez reparada la avioneta, continúa su viaje, esta vez sin más novedad que la de una urgente operación de apendicitis en San José de Costa Rica, llegando a México capital el 16 de noviembre, tras recorrer 15.970 km., a lo largo de 76 horas y cinco minutos de vuelo. Pese al gran retraso acumulado por las adversos acontecimientos, Pombo fue recibido con un extraordinario entusiasmo por la colonia española. Regresó a España por vía marítima, desembarcando en Santander entre el entusiasmo de sus paisanos, siendo recibido por el comandante Pío Fernández Mulero, presidente de la Federación Aeronáutica española. Poco después se desplazó a Madrid, donde recibió el reconocimiento de las autoridades civiles y militares. “La Santander” donada por Pombo, se expone en el Museo de la Aviación Militar de México, pero el Museo del Aire exhibe una exacta réplica, fabricada por la casa Sumaer de Barcelona, junto a la Compero de Loring, al lado de los aviones protagonistas de los grandes raids de la Aviación Militar española. Réplica de la Santander. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2015 793


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