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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 848

ta de Europa. Su primer satélite fue lanzado en 1992, tenía cuatro en órbita en 2013, hoy tiene siete proporcionando servicios interactivos y aplicaciones multimedia a una gran cantidad de usuarios de América, Europa y norte de África y prepara el lanzamiento de otros tres: Hispasat AG1, Hispasat 1F y Amazonas 5. Para usos de comunicaciones militares y gubernamentales están Xtar- Eur y Spainsat. Deimos-2 es el décimo satélite español en órbita y allí permanecerá hasta 2021 cumpliendo con sus tareas de observación de la Tierra. Deimos fue la primera compañía privada española en operar y comercializar su propio satélite de observación, el Deimos-1, una unidad lanzada en 2009 y activa hasta 2014. Destacable es el esfuerzo de las universidades con programas espaciales como los UPM-Sat, una serie de microsatélites desarrollados por la Universidad Politécnica de Madrid en colaboración con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España, y el Xatcobeo, un satélite de tipo Cubesat de la Universidad de Vigo y el INTA. En la recta de lanzamiento están los satélites PAZ, Ingenio y CHEOPS, todos ellos “made in Spain” por Airbus Defence and Space. Los dos primeros, sucesores de proyectos como el satélite Ishtar y el programa CESAR, convertirán a España en el primer país europeo en disponer de un sistema dual de observación (radar y óptico), y de doble uso (civil y militar). Una vez en órbita proporcionarán un importante grado de autonomía e independencia y contribuirán, entre otras ventajas, a incrementar la seguridad de las tropas españolas destacadas en el extranjero, mejorar la protección civil, la vigilancia de incendios forestales e inundaciones, aplicaciones agrícolas o urbanísticas, el control de fronteras o la detección de vertidos en el mar, entre otras muchas aplicaciones. Los satélites funcionarán de forma complementaria para obtener una imagen de cualquier lugar del mundo y en cualquier situación meteorológica cada 24 horas. Diseñado para una misión que durará cinco años y medio, PAZ cubrirá con su radar de apertura sintética (SAR) un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados cada 24 horas, durante las cuales dará 15 vueltas al planeta. Además lleva a bordo un instrumento, el AIS, que permitirá recibir señales de todos los barcos incorporados al sistema para su localización inmediata. También forma parte de su carga útil un experimento científico para ayudar a predecir eventos meteorológicos virulentos, como la gota fría. Aunque Airbus Defence and Space es la contratista principal del proyecto, en su construcción han participado 15 empresas nacionales y 3 universidades. Su puesta en órbita está prevista para finales de este año. Con sus 1400 Kg., 5 metros de altura y 2,4 m de diámetro, representa un hito en la consolidación de la industria espacial española. El compañero de PAZ será cipación en la ESA en consonancia con el peso del PIB nacional. En consecuencia, debemos esperar una situación de estabilidad en los próximos años, que acompañada con la inversión propia industrial, deberá traducirse en una oportunidad de desarrollo de competencias y mejora de la competitividad del Sector en el mercado institucional europeo, y en definitiva conseguir ser más eficientes en el mercado comercial de exportación. – ¿Sería bueno tener una mayor concentración empresarial en campos específicos o es mejor un tejido industrial más heterogéneo capaz de dar respuesta a todo tipo de necesidades? – La situación actual podría considerarse heterogénea, con un tejido industrial capaz de dar respuesta a una amplia gama de necesidades, lo que es en sí mismo bueno, pues demostramos que tenemos capacidad para afrontar, de manera competitiva, una gran cantidad de retos. A nuestra industria le costó una década dar el salto cualitativo a las actividades de sistema. España actualmente no sólo apoya a programas de terceros países sino que nuestra industria ha llegado a un gran gado de madurez y capacidad para liderar programas completos de la ESA y nuestras industrias desarrollan sistemas completos del segmento de vuelo y del segmento de tierra. Un tejido industrial heterogéneo y competitivo, capaz de abordar en conjunto proyectos complejos. – Ciencia e investigación o aplicaciones como los lanzadores, la observación y la navegación, ¿perderá terreno la exploración frente a proyectos más “pragmáticos”? – No lo creo. Es verdad que los proyectos más pragmáticos como estos que mencionas solucionan muchos de los problemas de nuestro planeta, que hacen más fácil nuestra vida cotidiana, contribuyen a desarrollar nuestra sociedad y a generar riqueza, pero no creo que sean excluyentes. Los proyectos de ciencia y exploración aportan conocimiento, buscan respuestas a muchas preguntas relacionadas con la humanidad y el universo, su origen, su destino; y anticipan misiones que buscan soluciones de futuro. 938 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015


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