Editorial

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 848

Editorial Formación para el Siglo XXI esde la creación de la Academia General del Aire en 1943 y de la Academia Básica del Aire en 1992 muchas cosas han cambiado D fuera y dentro del Ejército del Aire, y varios han sido los sistemas de enseñanza y planes de estudio. Sin embargo, el objetivo sigue siendo el mismo: proporcionar el personal que mejor responda en cada momento a las necesidades del Ejército del Aire. Este verano han recibido el despacho de teniente en la Academia General del Aire un total de 80 oficiales del Cuerpo General, a su vez 240 alumnos han recibido el correspondiente despacho de sargento en la Academia Básica del Aire. El año anterior, 2014, egresaron de la Academia Básica del Aire un total de 149 sargentos. Al igual que en otros cambios de modelo, se trata de un hito singular, de gran importancia: la salida de las Academias a la actividad profesional de las primeras promociones de oficiales y suboficiales que se han formado con el nuevo modelo de enseñanza auspiciado por la Ley 39/07 de la Carrera Militar. Durante la fase de desarrollo del nuevo modelo se ha debatido intensamente sobre su necesidad y conveniencia, pero lo cierto es que el sistema ya está plenamente implantado y ha aportado al Ejército del Aire las primeras promociones de oficiales y suboficiales. ara progresar en la implantación del modelo, está prevista una revisión de los planes de estudio por parte de la Agencia Nacional de P Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), comprobando así su conformidad con los estándares del Sistema Educativo General. En el ámbito militar, esa evaluación será efectuada por la DIGEREM, a fin de comprobar si los nuevos planes de estudios proporcionan las competencias para los que fueron diseñados. Con esto se busca confirmar o no la adecuación del sistema a las necesidades de los Ejércitos y la Armada, pues, debemos tener muy presente que el objetivo esencial de la enseñanza de formación es proporcionar a la organización los tenientes y sargentos que necesita el EA, y es en este punto en el que hay que centrar el foco del análisis. En el caso de los suboficiales del Ejército del Aire, tras dos promociones con el nuevo plan de estudios ya se van obteniendo conclusiones válidas, por ejemplo respecto al número de especialidades fundamentales necesarias para mejorar la formación y el ajuste del perfil de sargento que demanda la coyuntura actual. La enseñanza militar tiene un reto añadido que es clave para el éxito del modelo. Consiste en conjugar en las proporciones adecuadas la formación en materias militares, que incluyen los valores y virtudes castrenses, con las materias propias de las titulaciones civiles. Muchas de las características que se buscan en el perfil de oficiales y suboficiales están relacionadas con esas virtudes y valores y la capacidad de liderar. De hecho, el liderazgo ha de ser uno de los hechos diferenciales fundamentales de la formación militar que el componente civil debe complementar l análisis de los primeros resultados de este modelo no puede ceñirse exclusivamente a los aspectos más técnicos del ámbito educativo, E el análisis deberá realizarse de forma integral, incluyendo todos los aspectos de la formación (componente militar y civil), con el fin de seguir refinando el sistema y garantizar así que se obtienen los tenientes y sargentos que, de verdad, necesita el EA. Como complemento a lo anterior, “la mentalidad aviadora” debe potenciarse desde las etapas iniciales de formación, y constituye la forma característica de empleo del Poder Aéreo y sus capacidades como elemento de la estructura conjunta, potenciando y completando al resto de componentes. Es un deber de todos los miembros del Ejército del Aire recibir con mentalidad abierta a las nuevas promociones y colaborar de forma seria y rigurosa, pero constructiva, en la evaluación necesaria para determinar si el perfil que se ha obtenido con el cambio se ajusta realmente a las necesidades, si los nuevos miembros cuentan con los conocimientos técnicos, necesarios y si reúnen las cualidades militares que necesita el EA. El pilar fundamental sobre el que se sustenta el EA es el personal que lo forma, y, a su vez, lo que sea este personal depende en gran medida de la calidad de la enseñanza y aprendizaje en la fase de formación. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015 915


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