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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 848

Y desde esta posición, la industria espacial de defensa encara el reto y la oportunidad de incrementar la aplicación de ciertas capacidades tecnológicas, en beneficio de capacidades de Defensa y Seguridad, cada vez más demandadas por los usuarios finales, dentro de una marcada tendencia a la dualidad. Desde la cumbre de Lisboa de 2013, en la que los conceptos de espacio y defensa fueron concebidos como parte de una política comunitaria, las instituciones de defensa, conscientes del potencial de este sector han incrementado su atención y actividad en refuerzo del mismo, tanto a través de actividades propias de la industria espacial como en su aportación tecnológica e industrial a otros sectores relacionados con la defensa. Las organizaciones logísticas de la defensa, tanto nacionales como internacionales, vienen apoyando y promoviendo la participación en los programas e iniciativas europeas del sector en un innegable apoyo institucional al sector espacial, lo que a su vez causa un efecto recíproco en la planificación de objetivos de cada una de estas organizaciones. De este modo, estamos siendo testigos del impulso de programas espaciales en el seno de la Unión Europea, cuya componente institucional y/o gubernamental está resultando una pieza clave para su correcta concepción, desarrollo y ejecución. Se ha pasado de un escenario de programas espaciales útiles para los usuarios finales de las Fuerzas Armadas a un concepto más amplio, donde la participación de los responsables de la seguridad y defensa contribuyen a que el panorama del sector europeo se esté conformando como un gran programa científico completo, que contemple y considere todas las necesidades de nuestra sociedad relacionadas con el espacio. ¿Qué factores podrían caracterizar al sector espacial de defensa en el horizonte de los próximos años? Existen indicadores suficientes para determinar que el sector espacial, a nivel mundial, continuará con un crecimiento importante, resultando clave para muchas de las políticas de todos los países del mundo. El carácter actual de las crisis y conflictos, lo impredecible de determinados fenómenos y amenazas contra la seguridad y defensa mundiales y la necesidad de disponer de una información veraz y contrastable de cada escenario, hacen de las capacidades espaciales (observación, comunicaciones, navegación y vigilancia espacial, entre otras) una necesidad en demanda creciente. El modelo que se ha consolidado en estos últimos años, para este sector, requiere de la acción de todos, y Defensa no sólo no está ajena a esta tendencia ascendente sino que tiene un importante grado de implicación, no solo en los programas espaciales tanto nacionales, como internacionales, sino en la definición de las políticas asociadas a ello. En términos de rentabilidad, este modelo deberá tender hacia una mayor concentración de actividades, a nivel nacional, que eviten la dispersión de esfuerzos, dando continuidad a las medidas que se han ido adoptando y que permitan consolidar dos objetivos claves en el sector: – Un estamento único, o un alto representante del espacio, que permita aglutinar las políticas industriales, tecnológicas, científicas, comerciales, y de seguridad y defensa, entre otras. – Recuperar la dinámica de planificación estratégica nacional del sector, con un mayor horizonte temporal, no tan solo hacia el año 2020, cada vez más cercano, sino contemplando el siguiente ciclo. A nivel internacional, se aprecian actuaciones coincidentes con los países socios o aliados, lo que exigirá continuar con la inercia actual, en aras de identificar los países con los que se puede colaborar en política de espacio y defensa, y asegurar la continuidad de los programas en ejecución, así como impulsar la participación en los nuevos programas de interés para la seguridad y defensa. Las actuales expectativas de la industria, en aras de la consolidación del actual modelo productivo, requerirán del apoyo institucional para continuar con las actuales cifras de retorno a las contribuciones de España en sus diversos compromisos internacionales, sin perder el objetivo de promover una mayor independencia tecnológica respecto de países extracomunitarios, y todo ello dentro del marco de un programa nacional del sector espacial que aporte la necesaria continuidad y unificación de todos estos esfuerzos. Tras los actuales grandes programas espaciales de observación y navegación, en fase de implantación en la Unión Europea, vienen retos importantes relativos a la vigilancia y las comunicaciones con un claro interés para la seguridad y defensa, tanto a nivel nacional como internacional. El mapa de capacidades y programas espaciales sigue completando su configuración. Y será un esfuerzo de todos los agentes implicados completarlo con éxito. El safety car se va retirando. La carrera espacial continúa. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015 981


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