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HISTORIA MILITAR DE LA GUERRA CIVIL EN MADRID - FUENTES PRIMARIAS -

La acción de la Aviación ha sido no sólo deficiente sino casi nula y perjudicial en muchos momentos. La comparación entre la poca eficacia y duración de su acción y la constante del enemigo produjo efectos desmoralizadores en nuestra fuerza. Por otra parte, la aviación propia efectúa los bombardeos desde gran altura y precipitadamente, batiendo raramente los objetivos. Los cazas propios se mantuvieron prudentemente a respetable altura y rara vez descendieron para ametrallar al enemigo, saliendo excepcionalmente de la acción de los antiaéreos. En los combates que ha sostenido con la aviación enemiga ha llevado la peor parte. Para que la aviación ayude realmente a la infantería es preciso que estén mucho más cerca los aeródromos, además de tener un perfecto enlace con el Mando. Se ha dado el caso corrientemente de que, al anunciar la presencia de la aviación enemiga, había que comunicar el número de aparatos y la clase de ellos antes de que nuestra aviación se decidiese a salir del aeródromo y cuando llegaban eran otros y clase de los aparatos enemigos presentes. Si ha habido lucha en el aire ha sido por la constante presencia de la aviación enemiga. La Aviación enemiga ha desarrollado una actividad con una eficacia extraordinaria. La de bombardeo, bombardeaba sañudamente nuestras posiciones a poca velocidad y escasa altura e insistentemente, logrando, como ocurrió en Cabeza Grande, hacer imposible la estancia de nuestras fuerzas. Sus cazas, en vuelos arriesgados, descendieron y ametrallaron a nuestras fuerzas, llegando, incluso, a ametrallar los servicios de la batería antiaérea Paris, descendieron mucho para ello. No cesaba de efectuar vigilancia y reconocimiento durante toda la jornada, relevándose constantemente. La Aviación, para ser eficaz, es preciso que tenga sus campos y aeródromos cerca de la base de operaciones y estar unida al Mando directamente. Los bombardeos surante escasos minutos y muy espaciados no producen ningún efecto para el desarrollo de las operaciones, pudiendo ser, en cambio, una rémora para ellas, si se supeditan los ataques al bombardeo de aviación. 12.08.37. Observaciones críticas personales sobre la Aviación republicana en la Batalla de Brunete. AGMAV, Z/R, R58, A59, L664, Cp3, D1, F79 a 81 Informe del Teniente Coronel de E. M. Ruiz Fornells (Transcripción parcial del Documento) La Aviación propia no apoyó, en ningún caso, el avance de la Infantería; no la protegió eficazmente de la aviación contraria y no proporcionó ningún informe útil. No hubo coordinación entre nuestra Infantería, Artillería y Aviación. El escaso rendimiento de la Aviación propia. La actuación autónoma y desligada de la de tierra. Los aeródromos de bombardeo muy alejados. La falta de una buena red de acecho que asegurara la llegada de nuestros cazas en tiempo útil. Baja intensidad de los vuelos de reconocimiento y fotográficos. Falta de cooperación con el Mando de tierra. Al revés que la aviación enemiga que en cuanto nuestra artillería iniciaba una preparación se presentaba en el campo de batalla para desarticular nuestro ataque. Es fundamental un contacto muy estrecho entre el Jefe de la Aviación y el del Ejército. FUENTES PRIMARIAS No está permitida la reproducción total o parcial de este documento por ningún medio, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright 2393

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