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HISTORIA MILITAR DE LA GUERRA CIVIL EN MADRID - FUENTES PRIMARIAS -

Los peligros anunciados por el Embajador de Chile con tanta anticipación y animado de un deseo de evitar sacrificios de seres humanos, se cumplieron al pie de la letra. El nido de la paloma. Elisa Cuarental. Ediciones El Museo Universal. Madrid, 1992. Página 213. Explosión de Torrijos (10.01.38) El metro de Diego de León, que había permanecido cerrado al servicio de viajeros, voló por los aires. Aunque nadie sabía a ciencia cierta que es lo que se cocía en aquellas estaciones cerradas al público, todo el mundo se figuraba que en aquel lugar se estaba trabajando para material de guerra. Luego se rumoreó, con acierto, que allí se cargaban proyectiles para artillería. Después del sabotaje, la prensa y la radio hablaron someramente del accidente y mucho menos se dieron detalles sobre lo sucedido. Hubiese sido muy impopular que los madrileños, de por sí tan sacrificados, supieran el enorme peligro en que les habían puesto los gobernantes. Es curioso que estando tan cerca del siniestro no tuve conciencia de una detonación especialmente fuerte. Una explosión bajo tierra suele ser apagada y sorda. Al cabo de muchos años me he enterado de que el cine Victoria, que también permanecía cerrado, fue el almacén de todos esos proyectiles, que se cargaban en las galerías del metro. ¿Cómo es posible que se juegue así con la vida de la gente? ¿Cómo tener un polvorín de esa magnitud rodeado de casas de vecindad y en una ciudad continuamente expuesta a que cualquier cañonazo pudiera haber sido el detonante para volar un barrio entero? ¿Cómo es que se juega tan impunemente con la propia población civil?. Creo recordar que hubo días – muy pocos – en que no se podía circular por aquel trozo, pero luego todo apareció limpio, sin rastro, ni indicio, de que allí hubiera habido una fábrica de municiones. Debieron trabajar mucho y de prisa para borrar del lugar toda prueba de lo que allí se había estado haciendo. Madrid en la guerra civil. Tomo I. Pedro Montoliu. Ed. Silex. Madrid, 2000. Página 301. Explosión en el Metro de Diego de León. A las 9 de la mañana del 10 de enero de 1938 explotó un depósito de explosivos que se encontraba en la red del metro entre las estaciones de Lista y Diego de León, a la altura de la calle Torrijos, hoy Conde de Peñalver. En ese polvorín trabajaba en el momento de la explosión un grupo de mujeres encargado de cargar y preparar bombas de mano… En total se sacaron los cuerpos de 98 personas muertas y varias decenas de heridos….Como consecuencia de la explosión, el servicio entre Sol y Ventas no pudo ser restablecido hasta el 24 de enero. Para entonces todos achacaban la acción a la quinta columna, suposición que sería corroborada años después por algunas personas que estuvieron vinculadas a estos grupos. Comentario MV. Es la interpretación más prudente y que parece más verosímil. Metro de Madrid 1919-1989. Aurora Moya. Metro de Madrid SA.1990 Página 105. Explosión de Torrijos 10.01.38 El 10 de enero de 1938, el Metro vivió uno de los momentos más dramáticos de la contienda. El taller de carga de proyectiles de artillería, situado bajo la calle de Torrijos, hoy Conde de Peñalver, en la línea de Goya a Diego de León, hizo explosión, sin que las crónicas aclaren aún hoy la causa. Todos los testimonios recogidos dan pie a pensar en un accidente. Los periódicos madrileños – republicanos – omitieron la noticia, siguiendo la consigna de no desmoralizar a la población. FUENTES PRIMARIAS No está permitida la reproducción total o parcial de este documento por ningún medio, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright 446

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