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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 861

de iluminación, objetos en ambientes difusos, como las nubes, el agua o un espacio con humo, donde la luz no viaja en línea recta El planteamiento científico se basa en una técnica conocida como óptica de transformación, que consiste en desviar los rayos de luz de un objeto para que éstos no incidan en él y pase desapercibido a ojos de los observadores. La capa diseñada puede provocar que los objetos no emitan en el espectro visible o en las frecuencias de las ondas electromagnéticas utilizadas por los radares, por lo que los objetos estarían ocultos ópticamente y pasarían desapercibidos por los radares en un efecto que superaría ampliamente al concepto “stealth”. Aunque el diseño actual es teórico, las simulaciones realizadas han dado buenos resultados. El siguiente paso es realizar pruebas en laboratorio. El interés militar de esta investigación es notable, muchos países están realizando investigaciones para dotar a sus fuerzas militares de la capacidad de esconderse a los sensores de los adversarios, dotándoles de esta forma de una notable ventaja táctica. El avance conseguido por los investigadores españoles podría acabar con la creación de algún tipo de nano-partículas que añadidas a la pintura o a la capa externa de un avión que vuele a través de las nubes o de un submarino en el mar, lo oculten completamente. SEGURIDAD HACKEAR EL PENTÁGONO Muchas grandes empresas tecnológicas ofrecen recompensas a aquellos hackers que descubran vulnerabilidades en sus sistemas informáticos. Este sistema conocido en inglés como “Bug Bounty” es usado con frecuencia y da muy buenos resultados. En el Departamento de Defensa de los Estados unidos alguien pensó que lo que le daba buen resultado a la empresa privada podría también tener éxito en el sector público. Esto llevó a la puesta en marcha a principios de 2016 del programa “Hack the Pentagon”, es decir “Hackea el Pentagono”, que constituía una invitación a la comunidad hacker para buscar vulnerabilidades en los sistemas militares, y bajo unas determinadas condiciones obtener sustanciosos premios por ello. Anunciado por el secretario de defensa Ash Carter en Silicon Valley a primeros de marzo de 2016, el que sería el primer programa de recompensas en la historia del gobierno federal y que Carter definió como un “esfuerzo sin precedentes para probar nuestra seguridad digital”. La organización HackerOne estuvo a cargo de la gestión del programa. HackerOne tenia experiencia en la gestión de los programas de recompensas de Adobe, General Motors, Snapchat, Uber y Yahoo. “La colaboración y transparencia con los investigadores externos se ha convertido en un medio clave para mantener la seguridad de los programas conectados a Internet”, dijo Marten Mickos, director ejecutivo de HackerOne. “La acogida a la comunidad de hackers no solo marca un punto de inflexión para el Pentágono y las organizaciones más poderosas, también augura un progreso muy prometedor para la seguridad informática en general”. Podían inscribirse para participar en el programa los residentes en los Estados Unidos con documentación que les permitiera trabajar de forma legal y no se estuvieran en la lista de ciudadanos involucrados en terrorismo y crímenes mayores del Departamento del Tesoro. Asimismo, los participantes debían permitir que se revisasen sus antecedentes criminales para recibir la compensación por las vulnerabilidades que descubrieran.y el programa solo afectaba a una lista conocida de servidores y no a los sistemas internos del Departamento de Defensa. Iniciado el 18 de abril de 2016 y finalizado el 12 de mayo del mismo año, el programa fue valorado como un éxito. Participaron en el mismo 1410 hackers que presentaron 1189 informes de los cuales se declararon válidos 138 que recibieron una recompensa media de 588 dolares, siendo el importe global de los premios en metálico entregados de 71200 dolares. Un caso curioso es el del estudiante de secundaria David Dworken de 18 años, que declaró haber pasado de diez a quince horas diarias tratando de hackear los servidores del DoD, un esfuerzo que le permitió detectar seis vulnerabilidades en el sitio web del Ejército de Estados Unidos. Aunque su esfuerzo no fue premiado ya que las vulnerabilidades descubiertas eran conocidas, fue uno de los dos participantes a los que recibió el secretario de defensa que se interesó por su futuro. David tiene intención de estudiar ciencias de la computación en la universidad y los reclutardores del ejército van a seguir atentamente su carrera con la esperanza de que finalizada esta, decida alistarse. Debido al éxito de la iniciativa, durante los próximos años, HackerOne y el DoD se asociarán para continuar con iniciativas de seguridad similares en diversos departamentos de Defensa. • REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Diciembre 2016 239


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