Arquitecturas básicas de enjambre (malla, anillo, estrella) para vuelo en formación Enjambre de la empresa CETC Perdix junto a su contenedor de dispensación incorporada. Manufacturado en gran parte con impresoras 3D para abaratar costes, se propulsa con una hélice de 66 mm y motor eléctrico alimentado por una batería de polímero de litio que le garantiza alcanzar 113 km/h durante 20 minutos. Aunque los Perdix ya habían sido lanzados anteriormente desde dispensadores de bengalas de aviones F-16 de la USAF (United States Air Force) en Edwards y Alaska, la prueba de NAVAIR no solo batió un record numérico, sino que confirmó que los Perdix pueden ser desplegados con seguridad a 0.6 mach y -101°C. Unos meses más tarde, la compañía China Electronics Technology Group Corporation (CETC) afirmó haber roto el récord del DoD en cuanto a número de agentes, lanzando 119 micro-RPA Skywalker X6 (1.5 metros de envergadura y casi 2 kg de peso) desde tierra mediante catapultas. Según CETC, estos aviones remotos consiguieron volar en formación sin colisionar con control autónomo y se integraron en una red, pudiendo realizar misiones ISR (intelligence, surveillance y reconnaissance). RIESGO DE COLISIÓN EN ENJAMBRES Un enjambre puede definirse como un conjunto de RPAs autónomos que presentan una conducta colectiva a partir de la suma de la conducta de los agentes individuales. Suelen disponer de capacidad sensora propia y conducta reactiva frente a los elementos del entorno y del resto de vehículos remotos, requisito necesario para que cada RPA sea capaz de volar en las proximidades de obstáculos, aeronaves u otros agentes sin chocar con ellos. Un análisis más exhaustivo del concepto enjambre se publicó en el núm. 859 de la Revista de Aeronáutica y Astronáutica (diciembre 2016). En la medida que el procesamiento de los computadores se va incrementando, aumenta el número de RPA que componen el enjambre, con el agravante de que una cifra excesiva acentúa el riesgo de colisión. Esto conlleva una arquitectura física del enjambre cada vez más compleja al igual que la red de comunicaciones que controla y coordina el propio enjambre. No obstante, las líneas de investigación se centran más en el concepto de cooperación que en elevar el número de agentes en sí, explorando nuevos protocolos de reciprocidad y ayuda mutua, donde las acciones elementales de cada vehículo remoto se optimizan y evolucionan hacia un comportamiento de enjambre colectivo e inteligente. Esto implica la puesta a punto de algoritmos y técnicas de simulación que determinen, entre otras cosas, la cantidad mínima de RPAs que permitan cumplir cada misión, teniendo en cuenta la pérdida de agentes del enjambre y el peligro de impacto. Si bien, técnicamente el concepto enjambre podría aplicarse a cualquier clase de RPA, tradicionalmente se ha concebido para categorías nano, micro o mini (peso inferior a 20 kg) por diversas razones. Silenciosos y maniobrables, sus dimensiones menudas junto a su baja firma radar/infrarroja (IR), y reducida velocidad les dan características furtivas, camuflándose con el entorno. Económicos y fáciles de fabricar en serie, se almacenan en pequeños contenedores y pueden volar no solo en campo abierto sino también en zonas urbanas o interiores de edificios, esquivando obstáculos y realizando misiones ISR. 394 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2018
RAA 873
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