EL DILEMA DE LA SEGURIDAD La seguridad del dominio aéreo, a diferencia de los dominios marítimo y terrestre en los cuales están implicados diversos organismos, ha estado asignada a las Fuerzas Armadas (FAS), debido entre otros al coste de su operación y a la tipología de la amenaza, tradicionalmente convencional y de carácter estatal. Es por ello que la defensa del espacio aéreo español se ha ejercido en exclusiva bajo la responsabilidad del Ejército del Aire (EA)25. Los drones han posibilitado un abaratamiento en la operación en este dominio, permitiendo a actores estatales y no-estatales como grupos terroristas, sin capacidades aéreas, acceder al mismo. El aumento del número de actores y la tipología de la amenaza han generado un dilema de seguridad, que afecta sobremanera tanto a la seguridad externa como a la seguridad interna. Entendiendo la seguridad externa como la protección frente agresiones exteriores de actores estatales, es decir, la defensa propiamente dicha, la provisión de la defensa frente a esta amenaza sigue ejerciéndose por las Fuerzas Armadas y no varía sustancialmente. En el caso de la seguridad interna, es decir, aquella orientada a la protección frente a actos de terrorismo, crimen organizado o acciones ilícitas entre otras, la provisión de seguridad no puede seguir ejerciéndose en exclusiva por el EA, ya que la amenaza dron sobrepasa sus capacidades de defensa. En este sentido es necesaria la colaboración de otros actores públicos como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), así como aquellos organismos tanto públicos como privados que sean necesarios. Analizando lo anterior, es necesario el desarrollo de un nuevo marco normativo que cubra las responsabilidades de provisión de seguridad interna y externa frente a esta amenaza. Este marco normativo es clave para hacer frente a esta amenaza de una manera coordinada y efectiva en aras de la seguridad. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2019 659
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