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tantas condiciones requiere si ha de cumplir plenamente su difícil cometido. Durante el año largo que Orduna llevaba de observador, se había ido captando, poco a poco, primero la atención y luego la admiración de todos sus jefes y compañeros, y siempre que los azares de la guerra asignaban una misión difícil a la aviación, todos los pensamientos se dirigían hacia Angelito Orduna y este, consciente, tranquilo y valeroso, volvía al poco tiempo con el dato preciso, con la información detallada, con el objetivo realizado. Ángel Orduna estaba cumplido en África, y a más de ese detalle hubiera podido marchar a España para recibir el espaldarazo oficial de piloto, pues ya particularmente había logrado la destreza necesaria para conducir un avión. Pero su concepto del espíritu militar le hacía desechar la idea de marchar a España mientras aquí, en Marruecos, se agudizaba el problema. Y aquí quedó excediéndose en el cumplimento de su deber. Al marchar el Tercer Grupo de Escuadrillas de este territorio a la otra zona occidental, con él marchó a Tetuán, llevando toda su fe y su entusiasmo. Y en uno de los primeros servicios, tal vez el más arriesgado, el aprovisionamiento de una tienda fortificada en Beni Ider, lo realizó con tal precisión, con tal detenimiento y con tanto arrojo que al enemigo le fue facilísimo hacer blanco en un aparato que pasaba una y otra y varias veces a ras del suelo. Y uno de los impactos arrebató la vida de Ángel Orduna. No, querido Carrillo, compañero piloto inseparable de Orduna, no temas que nosotros, sus compañeros, lo olvidemos. Él será nuestro guía y a él tiende nuestra admiración y las oraciones que le dediquemos en las misas que hoy, novenario de su muerte, se le ofrecen en la capilla castrense, y a la que ruegan asistencia los oficiales aviadores de este territorio». En la Orden General de la Fuerzas Aéreas de Marruecos se publica lo siguiente: «El día 14 del actual fue abatido por el fuego enemigo el equipo formado por el capitán Ceferino García Gracia y el sargento Miguel Ochoa Dulce, cuando aprovisionaba la posición de Zinat; el 17, aprovisionando la de Buharrax, el teniente Luis Luengo Muñoz y el suboficial Daniel Gil Delgado, y el 18 el capitán José Altolaguirre y el sargento Benito Martínez Lozano. En el tiempo de actuación de esas fuerzas aéreas no se había llegado en tan breve número de días a pérdidas de tal magnitud; esto pone de manifiesto el espíritu con que se acude a desempeñar los servicios encomendados y el arrojo rayano en temeridad con que se va a la lucha; justo es consignar el heroico proceder de este personal del que doy cuenta. El general en jefe». Hace 75 años Reconocimiento Cuatro Vientos 29 septiembre 1944 En solemne acto celebrado en este aeródromo, el general Joaquín González Gallarza, jefe de la 1.ª Región Aérea, ha impuesto la Medalla del Trabajo a varios oficiales del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos destinados en la Maestranza. En la categoría de plata, al capitán ayudante, Jesús Seoane González; en bronce a los tenientes Ernesto Vallejo Hernández y Pedro Calvo Alonso. En breves y encendidas palabras, el general recordó los viejos tiempos heroicos de la aviación militar que tan unidos están a los nombres de Cuatro Vientos y de los oficiales condecorados y de tantos otros, muchos de los cuales hicieron ya su último vuelo. Mundial de Bilbao Sondica 5 septiembre 1964 El Campeonato de Vuelo Acrobático, con los sorprendentes éxitos del equipo español, está llamando la atención a propios y extraños, convirtiendo a sus pilotos en ases de la especialidad. Junto a ellos, (Ugarte, Qintana, Castaño y Negrón) recordando con nostalgia su estancia en España como piloto de caza de la Legión Cóndor, quiso retratarse el presidente del Aero Club de Austria, Josef Fozo, quien, de memoria y en un minuto, dibujó un Messer en lucha contra un Rata, que con su autógrafo gentilmente regaló a este cronista. En el puesto de mando de la competición, vemos al coronel Luis Serrano de Pablo, teniente general Francisco Fernández Longoria, general de división José Juste y, detrás, al coronel (R) José Luis Ureta. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2019 731


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