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MIISIIONES IINTERNACIIONALES
mes de despliegue, se procedió a replegarse al
Sector Este
Sirvan estas líneas para rendir un homenaje a
todos los fallecidos, heridos y desaparecidos en
la tragedia que se vivió el pasado 4 de agosto. Y
sirvan también de reconocimiento a todas aquellas
personas que han participado en esta operación
y, especialmente, a aquellos paracaidistas que
podrán decir orgullosos a las futuras generaciones
que “los boinas negras” contribuyeron a mitigar la
devastación sufrida en la Perla de Oriente Medio.
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Reunión previa a los trabajos
Orgullosos de lo que son
Foto de familia al finalizar uno de los turnos
heridos, y pese a ello, fueron capaces de evacuar
a todo el personal en apenas tres horas. En tal
solo dos meses de infatigable trabajo, habían sido
capaces de volver a estar operativos, pese a que las
cicatrices eran aún visibles y un dolor mudo seguía
impregnando el ambiente.
El 30 de septiembre empezaron los trabajos. La
exigente climatología, la contaminación existente
en el puerto y los equipos de protección individual
necesarios para trabajar en la zona no ponían nada
fácil la labor. Todo aquel que haya portado la boina
negra puede estar orgulloso de este pelotón zapador
paracaidista, pues fueron ejemplo de abnegación,
esfuerzo y ese toque de alegría que caracteriza al
militar español, siendo ejemplo para el resto de
naciones vecinas.
Los días se iban sucediendo, y lo que
inicialmente parecía una tarea imposible, avanzaba
rápidamente. Tras las primeros fricciones parecía
que todas las piezas empezaban a encajar y todos
formaban una única unidad cohesionada. Se
tuvieron que vaciar los almacenes de los bienes y
escombros que anegaban el área y posteriormente
se derribaron las estructuras..
El 4 de octubre se produjo la primera de las
despedidas. Los zapadores paracaidistas y el
equipo médico se despedían e ingenieros de
Indonesia y médicos de Nepal tomaban el relevo,
con la misma ilusión.
Transcurrieron los días, y la zona iba cambiando
sin apenas darnos cuenta. Se iba despejando a
medida que la maquinaria y el hombre retiraban
todo lo restos que quedaban. Debido a la
celeridad y eficiencia en el desmantelamiento
de los almacenes, se decidió ampliar la zona de
responsabilidad al almacén número 4.
Los relevos se seguían sucediendo, lo cual no
supuso merma en la consecución de la misión. En
el último de ellos, el equipo médico español fue
el responsable de salvaguardar a todas las fuerzas
allí desplegadas, demostrando una vez más el
saber hacer y profesionalidad que caracteriza a
todo español que porta en el hombro izquierdo la
enseña nacional.
Finalmente llegó el 24 de octubre, donde se
dieron por finalizados los trabajos en el puerto de
Beirut, habiéndose cumplido en plazo los objetivos
que inicialmente se habían establecido. Tras un