fuerzas armadas
Transporte de contenedores antiguos sobre una pontona desde la base Gabriel de Castilla hasta el buque Sarmiento de Gamboa que
esperaba en las proximidades de isla Decepción para trasladarlos al continente para su adecuado tratamiento.
que quedaba instalado de los tres que en
su momento formaron parte de la base,
así como las plataformas sobre las que
se asentaba. «Fue un momento especial
para los científicos más veteranos ya que
durante un largo período de tiempo se
empleaban los iglús para llevar a cabo algunas
de sus investigaciones», narraba en
el diario de operaciones el jefe de la base,
el comandante Víctor Mariño.
Pero, además, entre otros proyectos,
los militares han mejorado la infraestructura
de la Red LAN en la
Gabriel de Castilla, han extendido
los servicios de red fuera de la
base y han comprobado el funcionamiento
de los sistemas de
telemedicina.
MAL TIEMPO
Militares y científicos desembarcaron
en la Gabriel de Castilla el 23
de diciembre de 2021. Ocho días
después de lo previsto. «La apertura
de la base fue un poco complicada;
el tiempo no acompañó. Tuvimos
que permanecer embarcados
una semana en el buque del CSIC
Sarmiento de Gamboa que nos llevó
hasta isla Decepción. Perdimos una
semana que espero que no echemos de
menos al final de la campaña», explicaba
el comandante Mariño días días antes del
cierre de las instalaciones.
Lo primero que hicieron, antes de desembarcar
todo el material que llevaban
consigo los miembros de la expedición fue
comprobar el estado del volcán que conforma
isla Decepción. Tras verificar que
no había indicios de una erupción inminente
y con el semáforo verde, comenzó
el acondicionamiento de las instalaciones
para iniciar cuanto antes tanto los proyectos
científicos como los militares cuyo
desarrollo, en ocasiones, se ha visto condicionado
por la meteorología. «Hemos tenido
muy mal tiempo lo que nos obligaba
a estar varios días seguidos sin salir de la
base. Pero, después, venían dos o tres días
buenos que aprovechábamos al máximo»,
puntualiza el jefe de la Gabriel de Castilla.
En la base se lleva un seguimiento
de las condiciones meteorológicas muy
exhaustivo. «AEMET nos envía
partes diarios, uno por la mañana y
otro por la noche, y en función de
ellos programamos las actividades
del día siguiente —señala—. Pero,
además, nuestras propias estaciones
nos proporcionan información
casi al minuto. Aquí el tiempo puede
cambiar en cuestión de un cuarto
de hora: de ver que el mar estaba
en calma, empezar a cambiarnos
para salir y, al llegar a la playa,
comprobar que se había levantado
un oleaje tremendo». «Por otra parte
—añade— algunos científicos
pueden estar trabajando por la isla.
A ellos no les llega esa información
Muchos de los desplazamientos en la isla se realizan
por mar a bordo de lanchas neumáticas.
26 Revista Española de Defensa Abril 2022