REPORTAJE CENTRAL
Redacción
DEVOCIÓN EN MENA
El Cristo de la Buena Muerte o Cristo de Mena son las
advocaciones que surgen de una talla del Cristo crucificado
original de Pedro de Mena, datada en torno a 1650,
y que se conservó en la iglesia de Santo Domingo de
Guzmán (Málaga), hasta su destrucción. Esta imagen fue
posteriormente esculpida en 1941 por Francisco Palma
Burgos, inspirándose en la imagen original de Mena,
encontrándose custodiada actualmente en la misma iglesia
que su antecesora. Pertenece a la Congregación del Cristo
de Mena y procesiona el Jueves Santo en Málaga.
La Congregación de nuestro Cristo, se fundó más o menos
en el mismo periodo en que fue creada la talla original, bajo
la tutela de la Hermandad de Arcabuceros, y simultánea su
radicación y dependencia canónica de la diócesis de Málaga,
con una estrecha vinculación con elementos castrenses de
aquella plaza. El estamento militar muestra desde entonces
una honda devoción al santísimo Cristo de la Buena Muerte,
venerado en la iglesia de Santo Domingo, de la Orden de
Predicadores.
Más tarde, fundada La Legión Española, comienza
esta a desarrollar una entrañable devoción por el Cristo
(denominado popularmente como Cristo de Mena),
vinculándose La Legión ya en 1921 con la Congregación
titular del mismo.
Pero no fue hasta 1928 cuando, por decisión de las altas
autoridades militares de España, el Cristo de la Buena
Muerte, fue reconocido como protector de La Legión; y
esta vinculación fue recogida y aceptada por los estatutos
de su Congregación y aprobados por el obispo de Málaga,
extendiéndose paulatinamente la referida devoción al Cristo
de la Buena Muerte hasta el punto de que su imagen preside
los diversos actos y formaciones que se celebran en las
bases y acuartelamientos de La Legión.
El pasado día 9 de abril, Sábado de Pasión, en coordinación
con la Congregación de Mena, La Legión inició las
Entronización en Mena - Jueves Santo
tradicionales guardias al Cristo con la rendición de honores
por parte de sus escuadras de gastadores. En la tarde de
ese día, se llevó a cabo el acto de imposición de la corona
de espinas al Crucificado por parte del general jefe de la
BRILEG, Melchor Marín Elvira. Desde ese día, dieron
comienzo las tradicionales guardias de La Legión, por parte
de varias escuadras de gastadores hasta el Miércoles Santo.
La jornada del Jueves Santo arrancó en torno a las diez
y media de la mañana, hora prevista de la llegada al
Atracadero del Dique de Levante del buque de la Armada
Contramaestre Casado, encargado de traer hasta Málaga
a la compañía de honores del Tercio Gran Capitán, 1º
de La Legión. El acto, consistente en el desembarco de
la compañía en la zona portuaria, estuvo arropado por
numerosas autoridades civiles, militares y religiosas, así
como por el público allí presente.
Seguidamente, el alcalde Francisco de la Torre efectuó la
entrega de la Medalla de la Ciudad de Málaga a La Legión,
concedida por el Ayuntamiento en octubre de 2020 y cuyo
reconocimiento lleva implícito el nombramiento de Hijo
Predilecto, con motivo del centenario fundacional de esta
institución militar y en agradecimiento por los servicios
prestados a España y su estrecha vinculación con la
capital malagueña. Las labores de ayuda a la población
que La Legión viene desarrollando en Andalucía, y más
concretamente en Málaga durante la pandemia del Covid-19,
impulsó esta decisión, tomada por el pleno del Consistorio.
Acto seguido, se llevó a cabo el relevo del estandarte del
Cristo de la Buena Muerte y Ánimas orlado por los guiones
y banderas de los Tercios. Insignia que se custodia cada
año en un acuartelamiento distinto de La Legión. En esta
ocasión, fue el coronel jefe del Tercio Gran Capitán, Antonio
Julián Herrera, quien entregó del estandarte al coronel
jefe del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, Zacarías
Hernández Calvo.
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