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Pantalla del software Textron Synturian en la que se pueden ver los parámetros de control y opciones tácticas de drones realizando funciones de punto durante una misión simulada. (Imagen pública de Textron). fue rápidamente puesta en tela de juicio. No obstante, el prometedor desarrollo, junto con un repentino interés en las capacidades del avión, fruto de los resultados obtenidos tras un programa sólido de ensayos en vuelo, dieron al Scorpion una cierta esperanza de salir adelante, que a pesar de ello, necesitaba de un c l i ent e i n i c i a l que no llegaba a materializarse. La apar i c ión en e s c ena de l Programa T-X, así como las cualidades conocidas del Scorpion, Este programa permitió mostrar las excepcionales capacidades de adaptación del Scorpion, integrando sin dificultad conceptos tecnológicos avanzados que actualmente está ensayando la USAF hizo pensar no a pocos medios, la idoneidad de este avión como entrenador avanzado. Sin embargo, los demandantes requisitos operacionales, destacando entre ellos las actuaciones que se le demandarían al ganador, dificultaron sus posibilidades, de forma que a comienzos del año 2016, Textron indicó que, de no flexibilizar los requisitos, no optaría al concurso. Un año más tarde, en Marzo de 2017, Bill Harris, vicepresidente de ventas del Scorpion, corroboró oficialmente este punto, enfocando el avión a la función de demostrador de avión de ataque ligero con la USAF, junto con el acuerdo con este órgano, de un programa investigación y desarrollo conjunto (CRADA, Cooperative Research And Development Agreement) enfocado en la evaluación de tecnologías y medios que en primera instancia no serían adquiridos por este organismo, pero que podrían ofrecerse ya maduros como opción de compra a una nación extranjera en caso de que esta estuviera interesada, minimizando al máximo los costes de desarrollo y con ello, el precio final, con el claro objetivo de hacerlos atractivos. Claro ejemplo fue el ofrecimiento y evaluación del mismo por parte de Arabia Saudí en el año 2017, fuertemente respaldado por el actual gobierno estadounidense. Lo cierto es que este programa permitió mostrar las excepcionales capacidades de adaptación del Scorpion, integrando sin dificultad conceptos tecnológicos avanzados que actualmente está ensayando la USAF, tales como el Agilepod y el MUM-T, demostrando su viabilidad y posibilidades para el Programa de avión de ataque ligero de la USAF, compitiendo contra el A-29 Super Tucano de Sierra Nevada Corporation y, paradójicamente, el AT-6 Wolverine, también de Textron. Sin embargo, a comienzos de febrero de 2018, la USAF anunció oficialmente que la evaluación final se centraría exclusivamente en estos dos aviones, dejando al margen al Scorpion. No fue este el último contratiempo, sufrido, sino que, en el transcurso de ese año, la USAF anunció la salida del Scorpion del programa CRADA. Pese a que todas las informaciones y datos disponibles muestran que el Scorpion es realmente un magnífico avión, posiblemente uno de los mejores de su clase, dotado de múltiples y rápidamente adaptables capacidades, el programa ha caído en un letargo del que, ante la falta de un primer cliente en el momento de escribir estas líneas (noviembre de 2018), no parece posible que salga, al menos, a corto plazo. n REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2019 351


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