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MEMORIAL CABALLERIA 80

Doctrina, Táctica y Operaciones de esta disquisición. Tal vez este «dilema» se produzca como resultado de una extrapolación del concepto de las acciones de apoyo al combate al de unidades de apoyo al combate, sumado a la inclusión de los términos reconocimiento y seguridad con que se define al Arma. CONCLUSIÓN: las unidades de caballería son unidades de combate que actúan en beneficio de la maniobra de la unidad donde se encuentren encuadradas, que no en beneficio de otra unidad. El personal de la caballería. Reflexiones sobre sus mandos Para un Mando de Caballería, saber mandar consiste en conseguir y mantener una absoluta cohesión de su unidad así como una férrea disciplina entre su personal y, operativamente, saber planear al detalle sus misiones y decidir con rapidez. Con la cohesión se evitan las interpretaciones e indecisiones durante la conducción de sus acciones. Con el planeamiento detallado se evitan las situaciones imprevistas y se hace frente a cualquier contingencia con efectividad. Con relación a la disciplina no creo que haga falta hacer reflexión alguna y en cuanto a la rapidez en la decisión, esta es una componente esencial de la maniobra rápida, un carácter genérico y diferencial del que ya he tratado con anterioridad. De un jinete de caballería se requiere, por lo tanto, una gran capacidad de mando, eso que ahora se denomina «liderazgo» y para eso se nos prepara también y desde el principio. Por su parte, saber moverse requiere de los Mandos de Caballería una excepcional destreza en el análisis y conocimiento al detalle del terreno y en el manejo de los medios de navegación de los que disponga para, finalmente, moverse con soltura sobre el mismo. Esa integración que el jinete debe lograr con el terreno le permitirá compaginar las posibilidades que este presenta con las de la unidad, de forma que se le saque el máximo rendimiento para facilitar la consecución del objetivo de la misión. CONCLUSIÓN: Desde mi punto de vista, las cualidades de un Mando de Caballería se engloban en dos condiciones o, si se prefiere, habilidades: saber mandar y saber moverse. Así de simple. «La audacia, la acometividad, la iniciativa y el espíritu de sacrificio son virtudes sobresalientes del Arma, que compendian y caracterizan el tradicional espíritu jinete del soldado de Caballería»; lo dice nuestra doctrina y con ello lo dice todo. Reflexión final. La espuela Siempre he procurado no incluir en mis trabajos particulares un apartado de conclusiones para evitar que, por la razón que fuere, se lea exclusivamente este saltándose el contenido del resto, en cuyo caso no cumpliría el objetivo que se pretende. Pese a todo, he destacado en cada uno de los apartados la idea o conclusión que he considerado clave. 58 Memorial de Caballería, n.º 80 - Diciembre 2015 Cruz de Montesa.


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