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64 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 1 / 2013 Sudán y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán: un arquetipo Un caso particular, que nos permite ejemplificar lo dicho con anterioridad, es el del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM, en sus siglas en inglés). Es cierto que determinados factores, como el fin del esquema bipolar y la retirada de apoyo externo (en particular el que prestaba el Gobierno de Etiopía), incidieron de manera muy particular en el cambio de actitud y en el grado de violencia ejercido por esta facción insurgente hacia la población sudanesa2. Pero el elemento que actuó de palanca, permitiendo al mismo tiempo la metamorfosis de este movimiento, fue la condición monopolista en la extracción de recursos, durante finales de la década de 1990 y a principios del siglo XXI, periodo durante el que se produjo a su vez una drástica reducción en la cantidad de facciones rivales con las que el SPLM mantenía un enfrentamiento abierto. El SPLM se crea tras la escisión de un grupo de antiguos miembros del Ejército sudanés, que se unieron para luchar contra el Gobierno de Jartum. Desde sus orígenes, estuvo plagado de luchas internas. La gran mayoría de ellas, originadas por viejas rivalidades y disputas en torno al liderazgo de los rebeldes; y por la decisión de John Garang, quien entonces encabezaba el SPLM, de proclamar como objetivo prioritario de la insurgencia la formación de un nuevo Sudán unido, antes que optar por la autodeterminación como su principal reivindicación3. Podemos dividir la historia de este movimiento en tres periodos, que nos permiten trazar con mayor nitidez el cambio de comportamiento que esta facción insurgente experimentó en su relación con la población sursudanesa4: 1. El primero de ellos comprende desde su aparición en escena, en 1983, hasta el año 1993. Este decenio se caracteriza por la intensa rivalidad que surgió entre 2  La fuerza de este apoyo (nos referimos en particular al del patronazgo estatal) se suele materializar en forma de refugio, campos de entrenamiento, asesoramiento militar, armamento; así como en la provisión de recursos tangibles, que no obedecen necesariamente a un fin exclusivamente militar. Este es el caso de la financiación, que puede cubrir las demandas, vinculadas tanto a los suministros para el combate como la de aquellos otros destinados al mantenimiento del aparato político o la atención a las necesidades más básicas de la “tropa”. Circunstancia que adquiere especial significado cuando nos encontramos ante conflictos que comportan una estrategia de guerra prolongada, a fin de que no decaiga la moral de quienes militan en la insurgencia y evitar así que se produzcan deserciones entre sus filas). 3  Garang era consciente de que poner en marcha una agenda separatista, que fue en su momento la que alentó a los primeros rebeldes anyanya durante el trascurso de la primera guerra civil sudanesa y que enfrentó al norte con el sur de Sudán, era un error. Sabía que Mengistu, líder del Consejo Administrativo Militar Provisional en Etiopía (conocido también como el Derg), no prestaría su apoyo a un grupo armado que perseguía la autodeterminación cuando él a su vez se enfrentaba a un problema similar en su propio territorio. 4  Metelits, Claire. Inside Insurgency, New York, New York University Press, 2008. pp. 31-79


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