Nuestro Museo

Revista de Aeronáutica y Astronáutica 849

Nuestro Museo INDUSTRIAS AERONÁUTICAS PIONERAS EN ESPAÑA (II) Poco antes de finalizar la I Gran Guerra Europea, una Real Orden de 19 de julio de 1918, creaba en el Ministerio de la Guerra la Sección y Dirección de Aeronáutica, con lo que el Servicio de Aviación se independizaba del Cuerpo de Ingenieros, adquiriendo el mismo nivel que el de las demás Armas. Fue el general Rodríguez Mulero el designado como jefe de la Sección y Dirección recién creada. El nuevo director se muestra decidido a la renovación del material aéreo, en esos momentos escaso y envejecido. Para ello anuncia el 5 de septiembre de 1918 un concurso para seleccionar los tipos de avión nacional de reconocimiento, caza y bombardeo que habrían de equipar a las escuadrillas del servicio. Dada la premura de tiempo, entre la convocatoria y el concurso de exhibición (apenas cinco meses), los modelos presentados no Museo de Aeronáutica y Astronáutica Museo del Aire pudieron ser debidamente ensayados, por lo que la mayoría de los aviones volaron por primera vez durante el desarrollo del evento, que se efectuó en Cuatro Vientos en los meses de marzo y abril de 1919. Al concurso se presentaron varias empresas y constructores: talleres Hereter S.A. (heredera de Loring, Pujol y Cía) presentó un caza TH Alfaro 8 y un avión de reconocimiento TH proyectado por Loring; Amalio Díaz preparó un biplano de caza en motor Hispano Suiza 8ab, avión que fue rechazado por no cumplir con todas las especificaciones; en la Hispano de Guadalajara Barrón se proyectaron dos aparatos para el concurso, un biplaza de reconocimiento con motor HS de 200 cv y un monoplano de caza con motor de 180 cv, que fue seleccionado y proclamado vencedor del concurso de caza. En la categoría de reconocimiento no fue seleccionado ningún aparato, porque ninguno cumplía la estricta condición de visibilidad impuesta por el Servicio. En cuanto a la categoría de bombardeo, el único avión presentado fue un trimotor con las tres hélices tractoras, con motores Hispano de 220 cv. Diseñado por Juan de la Cierva, sufrió un accidente, quedando totalmente destruido. El concurso no dio el resultado deseado de establecer una industria nacional a base de prototipos españoles. La Gran Guerra había terminado el 13 de noviembre de 1918, y su final trajo consigo una avalancha de excelentes aviones, a precio de saldo, ofrecido por los vencedores, produciéndose el colapso de nuestra incipiente industria aeronáutica. Un hito importante se produjo durante estos años. El general Moruelo encargó al entonces comandante Herrera, a finales de 1918, que organizara el Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos, del que era pieza fundamental el Túnel Aerodinámico proyectado por el propio Herrera, entrando en servicio durante 1921. LA APARICIÓN DEL AUTOGIRO Juan de la Cierva y Codorniú, genial ingeniero e inventor, que como hemos visto había presentado un trimotor biplano en la modalidad de bombardeo en el concurso de 1919, y que en el segundo vuelo se había estrellado al entrar en pérdida en un viraje a baja velocidad, decidió crear un aparato que eliminase los riesgos de la pérdida de sustentación en los despegues y aterrizajes, por lo que sería necesario desarrollar un sistema de sustentación que fuera independiente de la velocidad de avance de la aeronave. Ello le hizo centrarse en una aeronave de alas giratorias, estudiando varias posibilidades, descubriendo que un rotor con pa- Avión de reconocimiento presentado por Barrón al concurso de 1918. 1098 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Diciembre 2015


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