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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 846

equipos de salvamento en el caso de obtener nuestra autorización de aterrizaje antes que ellos. Lejos de verlo como un problema vemos al instante la oportunidad. Nuestro avión va vacío y contar con equipos de rescate a bordo podría agilizar los trámites para conseguir la autorización. Además, sabemos que para este tipo de equipos la importancia de llegar cuanto antes a la zona afectada es crucial. Rápidamente coordinamos con nuestro agregado que inicia las gestiones necesarias con objeto desbloquear la obtención del slot. Nos agradece poder contar con alguna opción más para continuar las negociaciones diplomáticas. Continúan aviones arribando a la plataforma. Un Airbus 321 de la Fuerza Aérea belga es el siguiente en llegar. Parte de la tripulación se acerca a hablar con ellos. Su destino, como no podía ser de otra forma, es Katmandú. Transportan a personal de Naciones Unidas y a un equipo de respuesta belga, pero a diferencia de nosotros su avión si que cuenta con la autorización nepalí. Están autorizados a tomar tierra las 12 de la noche en Katmandú, pero es demasiado tarde para ellos, han estado volando todo el día desde Bélgica y su tripulación necesita el correspondiente descanso para continuar la misión. Puede ser otro paso que nos facilite la autorización, así que hacemos las gestiones para incluir a su personal en nuestro vuelo y los belgas en agradecimiento nos ceden su número de slot. Acto seguido se lo transmitimos al Agregado para ver las posibilidades que tenemos de poder utilizarlo. Nuestro avión por momentos se convierte en un pequeño centro de operaciones internacional, con británicos, belgas e indios, todos trabajando codo con codo para cumplir la misión de la forma más eficiente posible. Por fin todo el trabajo da su fruto. A las 20:00 el coronel Sipols nos confirma que nos conceden un slot para aterrizar en Katmandú a la una de la madrugada. Está muy ajustado a nuestra actividad a é r e a , pero no hay garantías de obtener otro en los próximos días. Nos comunica que gracias a gestiones diplomáticas muchos de los ciudadanos españoles afectados por el terremoto han podido ser evacuados en aviones comerciales indios hasta Delhi y únicamente será necesaria una sola rotación. Tras solventar algunas trabas aduaneras, por fin conseguimos embarcar a británicos y belgas en el avión. Estamos listos y la tripulación parece haber recobrado la vitalidad cuando prácticamente habíamos perdido la esperanza de volar a Nepal. Sintonizamos frecuencia de “delivery” y llamamos a Delhi solicitando la puesta en marcha. “No están autorizados a puesta en marcha. Katmandú no admite vuelos” nos contestan. Las palabras caen como un jarro de agua fría entre todos los que estamos en cabina. Les replicamos que tenemos un slot y autorización para proceder. Contrariados, permanecemos en frecuencia a la espera de que lo comprueben. Entre tanto intentamos agotar todas las vías de coordinación que nos quedan. Llamamos al agregado y a nuestra compañía de handling en Katmandú. Nos confirman que allí hay espacio en el parking y que nos esperan. De hecho al agregado nos confirma que desde Katmandú creen que ya volamos ha- REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2015 735


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