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REVISTA AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 843

permitieron el intercambio de comidas entre los cosmonautas rusos y los astronautas estadounidenses, una tradición que hoy se mantiene entre las tripulaciones multinacionales de la Estación Espacial Internacional. MENÚS DEL SIGLO XXI Estados Unidos y Rusia no han sido las únicas potencias en llevar sus tripulaciones, y comidas, al Espacio. Además de todos los astronautas de otros países que han podido viajar en sus naves hay un nuevo jugador en la primera división de los vuelos tripulados: China, que en 2003 envió a su primer taikonauta al Cosmos. Yang Liwei llevó en su viaje inaugural cerdo yuxiang, pollo Kung Pao, arroz y té de hierbas chinas. Este menú, al igual que los de las misiones posteriores, ha sido comercializado para que el público en China pueda compartir el orgullo de los éxitos logrados en la carrera espacial china. Pero, sin duda, el gran escaparate de la gastronomía espacial es la ISS. Desde 1998 han pasado por ella astronautas y cosmonautas de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Japón, Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Suecia, España, Brasil, Malasia, Sudáfrica y Corea del Sur. Además de los menús realizados por los dietistas en base a los requisitos nutricionales de la misión cada uno de los tripulantes ha podido llevar algún producto propio. Así se han podido degustar platos tan diversos como los italianos y franceses, los ramen y sushi japoneses o el kimchi coreano, que costó un millón de dólares y años de investigación. También voló al Espacio una paella valenciana. Fue una petición de Miguel López Alegría, el astronauta de la NASA de origen español. En la carta de los cosmonautas rusos encontramos una variedad de más de 300 platos, entre los que hay tradicionales como el caviar, la sopa borsch de remolacha, gulasch con trigo sarraceno y cecina o bebidas típicas como el té o el zumo de grosella negra. La NASA, que al igual que el resto de agencias intenta eliminar las incompatibilidades en los equipos y en la alimentación, empieza a trabajar con sus astronautas nueve meses antes de que comience su misión. Durante este tiempo tienen varias pruebas de alimentos. En ellas los puntúan y, en base a sus criterios personales y a la opinión de un nutricionista, se elaboran los menús que comerán orbitando la Tierra a bordo de la ISS. De este modo los tripulantes de la Estación encontrarán a las horas de la comida toda una serie de categorías: B, de bebidas, como café, té o el popular “Tang”. FF, es comida fresca llevada en las naves de transporte como fruta, ensaladas, etc. I, irradiada, es carne que se esteriliza con radiación ionizante para mantenerla apta para su consumo. IM, alimentos de humedad intermedia. NF, productos comerciales de vida prolongada y listos para comer, como barritas de cereales, galletas o chocolatinas. R, comida que ha sido deshidratada y necesita agua caliente antes de su consumo. T, alimentos termostabilizados para destruir los patógenos, microorganismos y en- «Las estaciones espaciales soviéticas Salyut y Mir, o la estadounidense Skylab, ampliaron los periodos de permanencia en órbita y con ello la necesidad de proporcionar alimentos con una caducidad prolongada» Cocina espacial de las primeras versiones, con huecos de “atraque” para que los objetos no vuelen libremente. Los dulces más populares en el espacio son los M&Ms y muchos vuelan personalizados con los logos de las misiones. Ejemplo de diferentes comidas envasadas y listas para su consumo a bordo de cualquier vuelo espacial. 456 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2015


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