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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 848

GCS. Northrop Grumman RQ-4 Global Hawk. ha de analizar la situación y tomar decisiones confiando en presentaciones sintéticas de hechos que ocurren a miles de kilómetros. Esto unido a una posible caída del enlace ha suscitado la necesidad de que los sistemas remotos sean capaces de operar autónomamente con el apoyo de un conjunto de dispositivos auxiliares. De este modo, el desarrollo del concepto Sense & Avoid surge para paliar la ausencia del piloto en cabina evitando colisiones, manteniendo la separación de tráfico y permitiendo el vuelo seguro en espacio no segregado. Por otra parte, el problema del control Manta térmica. de vuelo se trata de solventar mediante la aplicación del GPS + INS (Global Positioning System + Inertial Navigation System) combinado con procesadores de alta potencia. Más allá, se especula con dotarse de tecnologías que puedan efectuar maniobras evasivas sobre territorio hostil en caso de riesgo (Multi-Pursuer Evasion). Los ataques informáticos constituyen otro quebradero de cabeza, máxime cuando en 2011 la Fuerza Aérea norteamericana dejó en tierra su flota de Predators, basada en Windows XP, a consecuencia de un virus informático, lo que obligó a migrar a otra lógica tipo GNU/Linux.10; o cuando en Irak y Afganistán los insurgentes hackearon el enlace satelital mediante el Sky- Grabber, un programa comercial. Los ataques informáticos contra el GPS tampoco son algo nuevo siendo un requisito indispensable instalar módulos SAASM (Selective Availability Anti- Spoofing Module) que impidan el spoofing electrónico de las señales GPS. En 2003 la Secretaría de Defensa de los Estados Unidos declaró que la pérdida de señal causó el 11% de fallos de RPAS. Es difícil establecer un paralelismo entre pautas de mantenimiento y un data link seguro aunque la certificación del GCS, GPS, emisores/receptores, etc. es un primer paso. CONCLUSIONES Los RPAS presentan diferencias significativas con respecto a los aviones convencionales que se trasladan también al mantenimiento. Al no encontrarse el piloto a bordo de la aeronave, debe confiarse en el enlace de comunicaciones y en la información mostrada en pantallas, manifestándose la necesidad de nuevos elementos como el Sense & Avoid. La pérdida de señal representa un gran desafío por las importantes connotaciones que ello supone y que intenta paliarse con diversos protocolos. La incorporación de la propulsión eléctrica en ciertos vehículos remotos, principalmente en los de clase I, supone dotarse de tecnologías asociadas a esta motorización. La nueva generación de baterías comporta importantes ventajas, sin embargo su manipulación debe realizarse respetando fielmente las pautas de mantenimiento, habiéndose reportado en caso contrario incidentes de gravedad. El empleo masivo de materiales compuestos conlleva la aparición de nuevos defectos que requerirán dotarse de potentes técnicas tanto para su detección como para su reparación, con el correspondiente esfuerzo relativo a la adquisición de un equipamiento complejo y costoso, así como la formación y certificación del personal. Operativamente la persistencia se materializa como una nueva ventaja disuasoria en el marco del poder aéreo. Esta presencia de larga duración debe contrastarse con las acciones de mantenimiento, sin merma alguna en la fiabilidad, suponiendo un importante reto en aeronaves cuyo coste ya se está acercando a las convencionales. El mantenimiento de estas plataformas pasa por consolidar los estándares de certificación de los sistemas, el incremento de fiabilidad de los componentes, la redundancia de los elementos críticos, la aplicación de criterios de tolerancia al daño y mejora en la detección precoz de anomalías, el adiestramiento del personal, la adopción de procedimientos de mejora continua, etc. • REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015 987


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