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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 848

Estufa de secado. RQ-11 Raven. quieren generalmente la aplicación de calor y presión para el curado, siendo utilizado el autoclave en elementos pequeños y la bolsa de vacío/manta térmica en piezas grandes. Todas estas técnicas pueden combinarse, si bien deben estudiarse los esfuerzos asociados a los ciclos de temperatura. En casos menos graves pueden usarse técnicas adhesivas con cintas de aluminio, relleno o sellado con resinas. No se recuperan las propiedades mecánicas originales, únicamente se Antena del satélite y sensores del MQ-9 Reaper. previene la progresión del daño y la infiltración de líquidos, teniendo un carácter temporal. La inyección de líquidos (no solamente agua) en el proceso de curado de las piezas podría producir deterioros importantes. La mayoría de los materiales empleados en la reparación generalmente curan a temperaturas superiores a las del punto de ebullición del agua, lo que puede causar separación en la zona donde el agua queda atrapada, por lo que debe efectuarse un secado previo. Esta operación se suele hacer en estufas de secado si el tamaño lo permite, o bien incluirse dentro del ciclo de curado de la manta térmica. Los RPAS de clase I y II habitualmente se desmontan entre vuelos para el transporte y almacenaje. La constante unión y desconexión de terminales provoca desgastes y doblado de pines con el correspondiente coste añadido de reposición de repuestos. NAVEGACIÓN Y COMUNICACIONES La característica fundamental de un vehículo remoto es que el piloto y el equipamiento de cabina no se encuentran a bordo. Un RPA necesita de una infraestructura asociada que se divide básicamente en un segmento aéreo y un segmento terrestre. El segmento aéreo lo integran la plataforma aérea, la carga de pago (letal o no) y la parte del sistema de comunicaciones transportable. El segmento terrestre comprende el dispositivo de control, los terminales satélites y de enlace de datos, que permiten recibir información de los sensores y su reenvío, además de los elementos de lanzamiento y recuperación. Resulta una ardua labor precisar el concepto operacional y de comunicaciones de estos sistemas, si bien un RPA clase III demandará al menos el siguiente grupo de enlaces: control de la misión y control de vuelo, voz y datos relativos al ATC (Air Traffic Control), recepción de información suministrada por la carga útil, monitorización del estado de la unidad, redes externas (C4I, Command Control Communications Computers, and Intelligence; CAOC, Combined Air Operations Centre; C2 tácticos…), etc. Obviamente, el ancho de banda necesario para transmitir este volumen de datos en tiempo real es tan ingente que es usual recurrir a técnicas de compresión o pre-procesado. Cuando la distancia entre el avión y el GCS no es muy grande, en línea de visión sin obstáculos (despegues, aterrizajes,…), se suele emplear una banda de transmisión directa en la región L, S, C,…; pero cuando la distancia es mayor el enlace es vía satélite siendo habitual utilizar las bandas C, Ku (de uso civil y militar) y la banda X (de uso militar), combinadas con los Fixed Satellite Service (FSS) que trabajan en las bandas C, X, Ku y Ka. El componente comunicaciones es vital en estas aeronaves dado que la caída del enlace con tierra podría suponer la pérdida del aparato. En caso de avería del data link (LOL, loss of link), cada avión dispone de diferentes protocolos de actuación tales como regresar al último punto donde la conexión era posible, desplazarse a un área donde se espera restablecer el contacto, continuar la misión siguiendo una ruta programada, regresar a la Base, etc. El piloto no tiene sensaciones visuales ni físicas (maniobra, virajes…) y 986 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015


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