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MEMORIAL DE CABALLERIA 84

Historia y Patrimonio Reproducción del distintivo publicado   en la Colección Legislativa Memorial de Caballería, n.º 84 - Diciembre 2017 77 La condición imprescindible para la concesión del distintivo era la de poseer el título de especialista en sus distintas categorías de jefe u oficial y el de jefe de carro e instructor para los suboficiales y cabos primeros, tras superar los correspondientes y respectivos cursos. Además, se contemplaba la posibilidad de remarcar el distintivo con ramas de laurel para el caso de los titulados que hubieran intervenido en campaña durante un periodo mínimo de seis meses en unidades de carros, dragones, blindadas o acorazadas. Parece conveniente destacar dos curiosidades recogidas en la orden de creación del distintivo: la primera se refiere a que el mismo debía ser metálico, aspecto que también se recalcaba en el caso del distintivo de especialista en automovilismo, por lo que pudiera estimarse como un cambio de criterio ante la costumbre anterior de bordar algunos distintivos en las guerreras del uniforme de gala o quizá como advertencia ante una nueva moda en ese sentido, tal como se observa en algún uniforme que se ha podido conservar; la segunda, el fondo esmaltado del distintivo de los oficiales debía ser de color azul claro, sin especificar más detalles en la definición, aspecto éste que propició una gran variedad en el tono del esmalte empleado en su confección, que en numerosas ocasiones adquiriría un tono marcadamente oscuro. El distintivo permitiría también la adición de unas barras para indicar los años de permanencia del titulado en destinos que facilitaban el desempeño de su especialidad, para lo que se designaban para ese fin a las unidades de carros, dragones, blindadas o acorazadas. Serían de esmalte rojo para mostrar los periodos anuales y doradas para los de cinco años. Por emplear la terminología actual, vemos que el distintivo presentaba un carácter dual y reunía las cualidades de especialización y permanencia. Se invita a los lectores a que comparen las medidas y características que presenten los distintivos que dispongan o tengan a su alcance con las que corresponderían según lo reglamentado, en la seguridad de que encontrarán abundantes disconformidades, especialmente en el caso del distintivo de los jefes y oficiales. Esta circunstancia podría estimarse como anecdótica, pero desgraciadamente debería suponer una llamada de atención para tomar conciencia del escaso grado de exigencia que en ocasiones se ha dedicado a algunos asuntos relacionados con la uniformidad, pese a la gran importancia que esta adquiere en la imagen particular del militar y colectiva del Ejército de Tierra. Al margen del objeto del artículo me permito Sobre la muestra de dos distintivos del autor, se observa   la diferencia de tonalidad entre el color azul claro   en el esmalte (correcto) frente al azul oscuro (incorrecto);   el color dorado del óvalo exterior (correcto) frente   al plateado de su derecha (incorrecto). Respecto al emblema de Caballería, debería ser todo ello dorado   y no plateado. En consecuencia, las banderolas de las lanzas en rojo y amarillo y no doradas,   también suponen una disconformidad. Las medidas   del distintivo son todas correctas HISTORIA


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