Liderazgo y valores

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860

¿Por qué una doctrina de Liderazgo y Valores para el Ejército del Aire? Qué cambio tan colosal se ha producido en los últimos 50 años, especialmente, en el campo de la tecnología y en el de los valores que mueven a nuestra sociedad occidental! Desde el viejo y fiable DC.3 hasta los cazas multipropósito de quinta generación con su capacidad de operar en red y su tecnología “stealth”. Desde la antigua radio de galena hasta las transmisiones vía satélite en nuestros aparatos de televisión. Pero incluso este tremendo salto tecnológico ha sido superado por las revolucionarias modificaciones que se han producido en nuestro estilo de vida y en las expectativas humanas de los ciudadanos occidentales. Patrones familiares, movilidad laboral, tabús sexuales y sociales que saltan por los aires, acceso a la información, hipersensibilidad respecto a los temas de raza y género, la búsqueda de la satisfacción en el puesto de trabajo, desarrollos extraordinarios en todos estos campos y muchos más que han trasformado profundamente el ambiente en el que desarrollamos nuestra vida social y laboral. Vivimos en la globalización que no es solo una época de cambio, sino el cambio de una época. A pesar de estos extraordinarios cambios en los campos de la tecnología, la psicología y la sociología, el elemento esencial de la organización militar sigue siendo el elemento humano: los hombres y mujeres que forman sus filas. Las características básicas del soldado parecen, sin embargo, no haber cambiado mucho en el último siglo. Nos enfrentamos, entonces, al gran reto de adaptar los estilos de liderazgo militar al reconocimiento de los enormes cambios, a veces difíciles de percibir, producidos por fuerzas sociales y tecnológicas mientras se atienden a los siempre exigentes imperativos humanos. No en vano Marshall1 nos recuerda que el “arte de liderar, el arte de mandar… es en definitiva el arte de relacionarse con el ser humano”. En la esencia de la profesión de militar está el ejercicio del mando como el instrumento imprescindible para lograr cumplir la misión encomendada a los Ejércitos y Armada, con todo el rigor y la eficacia que impone el ejercicio de la violencia amparado en la legalidad y legitimidad de la propia causa. Por ser pues trascendente esa misión, todo el que manda y su correlato, el que obedece, debe buscar la excelencia, que es lo que pretende el líder militar. Y esa misma gravedad de nuestra función exige que el liderazgo se ejerza desde unos supuestos éticos que solo pueden estar fundamentados en unos “valores” anclados en la tradición, peculiaridades de la Institución Ejército del Aire y abierta a esta sociedad del siglo XXI a la que finalmente servimos y de la que formamos parte. 1S.L.A. Marshall “The Armed Forces Officer” Pergamon-Brassey,s, 1972. Manuel Mestre Barea Teniente General del Ejército del Aire 16 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA /Enero-Febrero 2017


REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860
To see the actual publication please follow the link above