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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860

puesto que son la base fundamental en la que se basarán las dos últimas sub-fases, relacionadas ambas con el combate aéreo y el ataque al suelo. Si los alumnos no llegan con el nivel suficiente al final de dichas sub-fases, les será muy difícil tener éxito en las dos últimas por su complejidad y necesidad de destreza en esos conocimientos y maniobras previas. No se pueden ejecutar maniobras de combate aéreo si el alumno no es capaz, por ejemplo, de mantener la formación de la que se parte para ejecutar esa maniobra. La supervisión de los profesores y la adaptación de los mismos a las particularidades de la enseñanza que cada alumno necesita, está a la orden del día. La flexibilidad en los métodos de enseñanza en función de la capacidad de aprendizaje del alumno es muy grande por el excepcional curso de profesor que se imparte en la Unidad y por la calidad del material humano que llega a la misma (profesores con un mínimo de cinco años en Unidades de caza españolas). No todos los alumnos siguen la misma progresión en la adquisición de estos conocimientos y pericia en las maniobras, pero lo que sí es común a todos, es con el nivel que se les exige terminar cada una de las sub-fases. No existe excepción en este asunto. El nivel de exigencia es alto por las funciones que van a ejercer en el futuro y no se puede “bajar el listón” por las consecuencias negativas que pudiera tener en la preparación del piloto o incluso, en la generación de situaciones de peligro no deseables. No todos los alumnos consiguen terminar el curso, pero el índice de fracaso es muy bajo, debido al tiempo que le dedican, a la pasión con que lo afrontan y a la motivación de la que sus profesores son los principales protagonistas y artífices. Los alumnos que no tienen éxito en el curso son reasignados a otra especialidad (transporte o helicópteros) según las necesidades del Servicio y la petición del alumno que causa baja. De todas las sub-fases de vuelo, las más interesantes y nuevas son las dos últimas, aire-aire y aire-suelo, sub-fases que seguirán desarrollando en sus futuros aviones. Maniobras de 1vs1 y 2vs1, trabajo Radar básico y maniobras BVR (Beyond Visual Range), interceptaciones diurnas y nocturnas, ataques simulados a objetivos en el suelo, misiones de tiro de bombas de ejercicio en polígono, vuelos solo en todas las sub-fases... Éstas son algunas de las maniobras que forman parte del temario de la asignatura de vuelo en el Ala 23. La finalización del curso lleva asociado un billete de ida para volar dos de los aviones de combate más avanzados del mundo, el F-18 español o el Eurofighter, meta que sirve de motivación adicional para afrontar el curso. 58 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA /Enero-Febrero 2017


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