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dossier 75 años forjando militares aviadores Miguel Ivorra Ruiz Coronel del Ejército del Aire Entrega de bandera de mochila La histórica plaza de armas de la Academia General del Aire (AGA) ha sido testigo mudo del compromiso que han contraído tantas promociones de cadetes de servir a España con un sencillo gesto, con un beso a nuestra bandera que une y representa a todos los españoles. Las promociones que se suceden cada año se sueldan a las anteriores. Es un hecho que en la actualidad, en nuestro ejército, el mismo espíritu de servicio anima al general y al cadete. La AGA es heredera de una larga tradición de formación de todos los oficiales del Ejército del Aire. Anteriormente a su creación existían diversas academias y escuelas que se dedicaban a la formación de las diferentes escalas de oficiales, tales como la Academia de Aviación de León, la Academia de Tropas de Aviación y los Grupos de Escuelas del Sur y de Levante. La Academia General del Aire siempre se ha mantenido fiel al firme compromiso de asegurar para sus oficiales la mejor preparación, una formación completa y exigente. Hasta conseguir que un día se conviertan en oficiales de vuelo, de defensa y control aéreo, en ingenieros o intendentes; todos, oficiales del Ejército del Aire al servicio de España. Para dar a España los mejores oficiales aviadores, una constante en los profesores de la Academia ha sido la búsqueda de la excelencia, porque España exige cada vez más y reclama una mayor eficacia. Aspiración que hoy comparten con los profesores del Centro Universitario de la Defensa (CUD), donde se pone de manifiesto la magnífica colaboración existente con el CUD, que proporciona a los futuros oficiales una completa formación científica, técnica y humanística. Como director de la Academia General del Aire soy plenamente consciente de que la adecuada formación de nuestros oficiales constituye la mejor apuesta de futuro, por lo que trabajamos en que se alcance la excelencia en la formación. Excelencia significa sobresalir y para lograrlo se requiere, qué duda cabe, infraestructuras y medios, pero lo verdaderamente indispensable es la excelencia de quien enseña y de la manera como enseña. La implicación del profesorado es fundamental y no solo el destinado orgánicamente en el Escuadrón de Alumnos, sin ningún género de duda, constituye la principal herramienta docente. Homenaje a los caídos REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2018 51


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