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75 AÑOS, TODA UNA VIDA DE MANTENIMIENTO Subteniente Nicolas S. Ruiz León Taller de Asientos Lanzables Subteniente Jorge Rivera Fidalgo Negociado de Control de Calidad Subteniente Paulino Mendoza Martínez Area C-2 Subteniente Francisco Fernández García Negociado Centro Control de Mantenimiento TSATP(civil) Dionisio Tudela Suárez Taller General Desde 1943, año tras año, un nuevo curso, nuevos alumnos y mismo objetivo para el Grupo de Material de la Academia General del Aire (A.G.A.): realizar el mantenimiento de los aviones que permita cumplir con uno de los cometidos encomendados a esta Academia, la formación aeronáutica militar de los nuevos oficiales del Ejército del Aire. Esto se traduce en la generación de horas de vuelo para realizar los diferentes cursos de las escuelas de vuelo.) Desde hace 75 años este trabajo se realiza en los hangares de la Base Aérea de San Javier, y aunque los cambios han sido muchos, seguimos siendo contemplados por la misma tierra, mismo mar y mismo sol que representa a esta zona del sudeste de España. Si miramos el día a día del Grupo de Material –los mismos hangares, la misma vorágine de trabajo, prevuelos, revisiones, averías...–, poco ha cambiado de forma general nuestro trabajo: la misma misión, mantener y reparar los aviones de la A.G.A. Pero también, cada nuevo día es un reto ilusionante, tanto por el quehacer diario, con profesionalidad, disciplina y entusiasmo, como por ver ese avión que se acaba de prevolar, revisar o reparar salir a volar y regresar de nuevo a la base. Antiguamente, en el área de mantenimiento, se trabajaba de forma casi artesanal. El mecánico tenía que improvisar, disponía de pocos medios y piezas originales, muchas veces eran reparadas o recicladas. En otros casos tenía que inventar y fabricar dichas piezas, como nos recuerda el civil Dionisio Tudela Suarez, Técnico Superior de Mantenimiento con más de 47 años de experiencia dedicados al mantenimiento de aviones en este Grupo de Material de la AGA. Después de toda una vida trabajando de forma incansable, no sabríamos decir si todas las adaptaciones de los antiguos hangares fueron realizadas alrededor de nuestro querido amigo Dionisio. Mantenimiento de los C-101 En esos tiempos, a pesar de la carestía de material, todo se realizaba con la mayor ilusión, capacidad y máxima seguridad posible, con el fin de cumplir la misión y los objetivos encomendados. Aún se recuerda cómo el repuesto se almacenaba por todos los hangares en estanterías y cajoneras numeradas, no existía un programa informático para su gestión. En lo referente al componente humano, la cantidad de personal destinado en la AGA era muy elevado para compensar la falta de medios materiales. Sirva como anécdota cuando los soldados de reemplazo hacían una cadena en la pista para coger y sujetar nuestra querida Buker en la toma, cuando hacia mucho viento. Una vez sujetada, corrían uno tras otro con ella hasta que se parara y así evitar que volcara. O cuando los aviones en tierra se tenían que mover empujando, al no existir remolcadores. Otro ejemplo de la evolución de todos estos años se refiere al Centro de Control de Mantenimiento, donde el control de la flota se llevaba con pequeños aviones imantados y lápices de colores. Donde el instrumento fundamental eran los trapos y el alcohol, necesarios para actualizar la situación de la flota. Ya quedaron atrás esos tiempos y hoy en día, pulsando una tecla de ordenador, se consigue la situación de los aviones en tiempo real. Con la llegada del E-25 (C-101, conocido como Culopollo) y el E-26 (Tamiz, también conocida como Pillán), se cambió y se modernizó el sistema de man- REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2018 369


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