Las estaciones de descontaminación ligera, como la de la imagen, pueden «limpiar» cuatro vehículos y 30 personas en una hora.
desplegado con el objetivo de confirmar
la identidad del agente tóxico, su dispersión
y grado de letalidad.
«La información recogida será vital
para la toma de decisiones en zona de
operaciones», dice el coronel Muinelo.
Con los datos de la alerta del incidente
«activamos los warning report para poner
sobre aviso a las unidades desplegadas,
indicándoles cómo deben protegerse,
delimitando las áreas de riesgo y de
seguridad y calculando los tiempos de
evacuación en función de la evolución
de la nube tóxica, que puede ser tanto
de origen militar como industrial, entre
otras funciones», indica el brigada Pedro
Garzón, jefe del Centro de Control.
Los laboratorios químico, biológico
y radiológico desplegables resultan
esenciales para el análisis de los agentes
tóxicos en el propio teatro de operaciones.
Se trata de una apuesta de futuro
que ha comenzado a concretarse con la
recepción del primero de ellos, el químico,
en este primer semestre del año.
La idea es que pueda alcanzar su Capacidad
Operativa Inicial a principios de
2022 mientras que los otros dos, son, de
momento, proyectos en desarrollo.
«El regimiento es una unidad de
apoyo al combate, no de emergencias»,
aclara su jefe. «Pero sí tenemos una misión
secundaria –continua-: la de reforzar
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las capacidades de las autoridades
civiles y de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en caso de agresión,
amenaza o atentado con agentes
NBQ».
En este sentido, el coronel Muinelo
recuerda la participación del regimiento
en la operación Balmis el pasado año y
en Misión Baluarte, en la actualidad, en
apoyo a la población en su lucha contra
el COVID-19, precedidas por otras colaboraciones
menos conocidades desde
2001 en las crisis sucesivas de ántrax,
gripe Aviar y de tipo A y ébola.
Uno de los requisitos que la OTAN
exige a sus unidades NBQ es el entrenamiento
con agresivos tóxicos reales.
En este sentido, el Valencia nº 1 participa
desde 2009 en el ejercicio multinacional
Precise Response en el Centro de Adiestramiento
Contra Terrorista en Suffield
en Alberta (Canadá) y desde 2019 en el
Toxic Aggressor en Krusevac (Serbia).
TRATAMIENTO DE HERIDOS
La extracción de bajas en zona contaminada
es una de las capacidadades que
el regimiento está tratando de potenciar.
A través de las unidades encargadas de
esta labor, se están desarrollando los protocolos
necesarios para actuar en caso de
emergencias en el marco de esa misión
secundaria que tiene asignado la unidad
en apoyo a la sociedad civil.
«Si alguien resulta contaminado, sea
militar o civil, hay que saber estabilizarlo
en la zona caliente, el área más
cercana al lugar donde se ha producido
el incidente radiológico, biológico o
químico que ha provocado las bajas»,
explica el sargento primero José Luis
Antolí, jefe del Pelotón de Sanidad.
«A continuación, procederíamos a su
descontaminación en la zona templada
», añade el suboficial. Y, finalmente
«en la zona fría comprobaríamos que
el personal está totalmente limpio y
puede ser trasladado en condiciones
seguras al hospital», indica la capitán
enfermera Patricia Moreno. «En combate,
aquel que más posibilidades tiene
de sobrevivir, es el primero en salir»,
dice el cabo Víctor Motiva, Técnico en
Abril 2021
La unidad está
certificada por la
OTAN para la
toma de muestras
forenses