NACIONAL
nada, así que agradezco haber podido
dejar todo en sus manos: trámites para
la repatriación, capilla ardiente, etc. Pero
no solo eso, ya que el apoyo y el cariño,
aún a día de hoy, son constantes. Es cierto
aquello de la “familia militar”», asegura
Ana. La pérdida de su hijo no ha impedido
a los padres de Vidal seguir muy unidos
al Regimiento. Tanto es así que crearon
la beca “Aarón Vidal López”, concedida
anualmente para costear los estudios
—bien para promocionar en la carrera
militar, bien para la vida civil— de uno de
sus miembros. «Él tenía la inquietud de
prestar ayuda a otros compañeros y nosotros
hemos querido dedicarle este homenaje
», mantiene Ana.
Desgraciadamente, a Ávila, Granados, Vidal,
Calvo o Cobo se les unen otros. No
son números, son compañeros. Y Juan
Domingo, Iñaki, María, Juan, Ana María o
Ana son ejemplos de tantos padres, esposas
o hermanos que llevan con entereza
los riesgos que entraña ser militar. Para
todos ellos, la UHEFA pretende ser esa
mano amiga que acompaña en los momentos
más difíciles. ¢
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