NACIONAL
Curiosidades
de la BANDERA
DE MOCHILA
La sala histórica alberga un amplio recorrido
por la evolución de la Bandera
de mochila o cubrepercha. De hecho,
la asociación, desde su fundación, ha
donado más de 80.000 ejemplares a
todo el Ejército. «Hemos contribuido a
recuperar este elemento tan característico
y que apenas se utilizaba», asegura
Jesús Dolado.
Su origen se sitúa en los antiguos pañuelos
que tenían los soldados, considerados
una prenda menor, ya que
eran costeados por la tropa, con una
cantidad que se retenía de su paga. Las
primeras referencias datadas se encuentran
en el Reglamento Provisional
para la Sección de Zapadores Jóvenes
del Regimiento de Ingenieros de 1849.
Este complemento militar, inicialmente,
debía ir incluido dentro del equipo que
se llevaba en la mochila, de ahí su denominación
como “pañuelo mochilero”.
Sin embargo, con el tiempo irá ganando
nuevas atribuciones. En 1884, aparecen
los primeros reglamentos y órdenes
para diferenciarlo del pañuelo
de percha. Precisamente, este servía
para tapar las pertenencias del soldado,
que se colocaban sobre unas baldas
en su dormitorio.
Pero eso no es todo, la prenda pasará
a utilizarse, también, como método
de enseñanza, al crearse los conocidos
como “pañuelos de instrucción”. Este
sistema fue muy utilizado en todos los
ejércitos europeos, y en ellos figuraban
diferentes textos o imágenes que los
soldados debían conocer. «Su origen
podría ser español», defiende Dolado.
En 1904, el pañuelo denominado
como “Bandera española” fue declarado
reglamentario en todo el Ejército.
En campaña, su uso se generalizó
para identificarse de las tropas enemigas.
De hecho, en la guerra de Marruecos,
a comienzos del siglo XX, se utilizó
como señal de victoria en las acciones.
Asimismo, los soldados, cuando regresaban,
llevaban sus pocas pertenencias
envueltas en uno de estos pañuelos
con la Enseña nacional. Este se
guardaba como recuerdo y servía para
engalanar los balcones. Es ahí cuando
surgió la costumbre de utilizar como
adorno la Bandera nacional.
El soldado permanecía muy ligado a
esta prenda. Incluso, a la hora de rendir
homenaje a los fallecidos, se depositaban
sobre sus rostros en señal de
respeto. ¢
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