ENTREVISTA
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ʼʼ SALVADOR AMAYA / ESCULTOR
He tratado de elevar
los valores del Ejército
a la categoría de arte
Texto: Felipe Pulido / Navalcarnero (Madrid) Fotos: Stte. José Hontiyuelo (DECET)
Salvador Amaya (Madrid, 1970)
siempre quiso ser militar, pero las
circunstancias se lo impidieron.
Sin embargo, ha sabido aprovechar su
talento como escultor para ensalzar los
valores del Ejército de Tierra a través
de sus obras. La estatua a los Héroes
de Baler —que se inauguró en 2020,
en Madrid— o el coloso que está realizando
actualmente para conmemorar
el centenario de la Legión son una
muestra de ello, pero en su trayectoria
hay mucho más y cree que aún quedan
multitud de homenajes, loas y gestas
que necesitan ser puestas en valor.
Nos encontramos en Navalcarnero, donde
se localizan algunas de las esculturas
que ha realizado. ¿Qué siente un artista
cuando contempla su propia obra?
Es un orgullo, la verdad. Suelo tomar distancia,
sentarme en algún banco cercano
y observar cómo reacciona la gente que
pasa. Algunos no se fijan, a otros los ves
mirar mientras caminan hacia su destino.
A los que descubren la estatua por primera
vez y a los turistas los identifico porque
rápidamente sacan la cámara para fotografiarla,
y los observadores más avezados
se hacen notar cuando se sientan a
mi lado y me preguntan si soy yo el autor
de la obra. Entonces me dejo llevar por la
pasión de mi profesión y me explayo contando
anécdotas y detalles. No deja de
sorprenderme que haya personas que se
preocupen por conocer todo lo referente
a los monumentos de su ciudad.
¿Cuándo nace esa pasión por este arte?
No recuerdo un momento concreto. Supongo
que, al haber nacido en un ambiente
artístico, he visto como algo normal un
estilo de vida dedicado a la plástica y a la
belleza. En realidad, yo quería haber sido
militar, pero circunstancias familiares lo
impidieron, así que, cuando llegó el mo