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153 Luis de la Corte Ibáñez ¿Hasta qué punto convergen el terrorismo global y .... procuran ganancias económicas a las propias organizaciones criminales y que ocupan la mayor parte de su tiempo. Aquí se incluye una amplia gama de opciones delictivas: tráficos ilícitos de toda índole, prácticas extorsivas, robos, agresiones y asesinatos (remunerados) explotación laboral y sexual, fraudes y estafas, servicios financieros ilícitos, etc. En segundo lugar, tales actividades lucrativas suelen complementarse con algunas prácticas no siempre remunerables, que cumplen importantes funciones facilitadoras o de protección: esencialmente la corrupción, la violencia y el blanqueo de capitales6. Por su parte, el término “terrorismo” tiende a designar un tipo particular de actividad violenta; aunque, por extensión, se usa frecuentemente para hacer referencia a aquellos individuos, grupos y organizaciones que lo practican de forma sistemática. Ante todo, lo que distingue a los actos de terrorismo de otros tipos de acción violenta es su capacidad para provocar un intenso impacto psicológico y social (ansiedad o temor) desproporcionado con respecto a los daños físicos ocasionados a las personas u objetos elegidos como blanco de la agresión7. Como ya se ha advertido, la mayoría de los grupos y organizaciones que recurren al terrorismo lo hacen animados por la pretensión de condicionar las actitudes y los comportamientos de gobernantes o de comunidades políticas. Por esa razón, y de conformidad con numerosas definiciones institucionales y académicas, todas nuestras referencias a actividades y entidades terroristas se corresponderán con casos que incluyan una motivación exclusivamente política o que vincula político y religión8. Durante las últimas décadas, la criminalidad organizada ha experimentado un intenso proceso de transnacionalización, fruto de tres tendencias encadenadas: un incremento sustantivo de la colaboración entre grupos y organizaciones criminales con diferente ubicación; la emergencia de varios mercados ilícitos mundiales, con unas fases de negocio repartidas en distintas regiones del mundo (el mejor ejemplo lo proporciona el tráfico mundial de drogas); y la aparición de organizaciones criminales con presencia activa o implantación a escala internacional9. Aunque con menor generalidad que la correspondiente al desarrollo transnacional de la criminalidad organizada, la evolución del terrorismo en el siglo XX también ha 6  DE LA CORTE y GIMÉNEZ-SALINAS, op. cit., pp. 319-340. 7  Esta definición está inspirada en los parámetros señalados por diversos estudios tales como: REINARES, Fernando, Terrorismo y antiterrorismo, Barcelona, Paidós, 1998; DE LA CORTE, Luis, La lógica del terrorismo, Madrid, Alianza, 2006; Transnational Terrorism, Security, and the Rule of Law, Defining Terrorism , Bruselas, 2008. Disponible en: http://www.transnationalterrorism.eu/tekst/publications/ WP3%20Del%204.pdf 8  Una opción semejante a la hora de tratar el asunto de esta investigación puede encontrarse en BOVENKERK, Frank y CHAKRA, Bashir Abou, “Terrorism and organized crime”, UNODC Forum on Crime and Society, 2004, vol. 4, nº 1 y 2, pp. 3-16; WILLKINSON, Paul, Political Terrorism, Nueva York, Willey, 1974. 9  UNODC. A Transnational Organized Crime Threat Assesment, United Nations Office on Drugs and Crime, UNODOC, Vienna, 2010.


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