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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 851

día reducir el periastro hasta los 130 Km o menos, poniendo la atmósfera al alcance los instrumentos de un modo que aumentaría grandemente su resolución y sensibilidad. Se medirían así los campos magnéticos, el viento solar y los átomos del entorno, así como las temperaturas y la presión experimentadas por el vehículo. Por último, se practicaría la técnica del aerofrenado, que se utiliza en misiones a otros planetas para modificar la órbita sin utilizar motores. La maniobra implicaría gastar combustible para iniciar el descenso, mantener la orientación, y después para salir de nuevo al exterior de la atmósfera, así que los controladores tuvieron que medir muy bien el consumo para asegurar que la nave no lo agotara antes de tiempo y se perdiera en la atmósfera, quemándose. Ante la incertidumbre sobre la cantidad exacta de combustible remanente en sus tanques, la ESA manifestó su prudencia sobre el éxito de la maniobra. Dicho y hecho, la sonda redujo la zona baja de su órbita tras terminar su fase principal científica el 15 de mayo de 2014, y se pasó un mes entrando y saliendo de la atmósfera de Venus, La sonda descubrió actividad eléctrica en la atmósfera venusiana. Foto: J. Whatmore pasando a entre 131 y 135 Km de altitud, y finalmente hasta un récord de 129 Km, durante unos 100 segundos cada vez. Midiendo el rozamiento experimentado por la nave, los científicos aprendieron muchas cosas sobre la densidad y la estructura de las capas altas de la atmósfera, en la zona diurna y en la nocturna. En algunos momentos, los paneles solares alcanzaron una temperatura de hasta 100 grados Celsius. Concluido este intervalo, que Experimentos de radio para estudiar la ionosfera de Venus. Foto: ESA/ AOES Medialab REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2016 229


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