Nuestro Museo

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 851

Nuestro Museo INDUSTRIAS AERONÁUTICAS PIONERAS EN ESPAÑA (IV) Tras el escaso éxito del concurso convocado por la Aeronáutica Militar en 1918-1919, para aviones nacionales y las consecuencias que tuvo para la incipiente industria de nuestro país la terminación de la Primera Guerra Mundial, que produjo una avalancha de excelentes aviones a un precio de saldo, nuestra industria dejó de diseñar prototipos nacionales. La empresa Hispano-Suiza adquirió la licencia de fabricación de los aeroplanos De Havilland DH-9 y DH-6. Los primeros DH-9, cuatro de ellos, habían llegado a España desde Inglaterra como modelos de serie que se fabricarían en nuestro país. Los primeros aviones salidos de la Hispano de Guadalajara con motor Hispano de 300 CV, son entregados en 1922, llegándose a fabricar entre 120 y 130 ejemplares. A principios de 1927 se Museo de Aeronáutica y Astronáutica Museo del Aire constituye una escuadrilla en Melilla, al mando del capitán Ignacio Jiménez, uno de los héroes del Jesús del Gran Poder. Respecto a los DH-6, avión entrenador elemental, llega un ejemplar a España a principios de 1920 para servir como prototipo de los ejemplares que debían de ser fabricados en Guadalajara. Los primeros empiezan a ser entregados en 1923, dotados con un motor Hispano 8Ab de 180 cv, bastante modificados respecto a sus hermanos ingleses, nutriendo las escuelas de Alcalá, Guadalajara y los Alcázares. Parece ser que fueron fabricados 25 ejemplares que se mantuvieron en vuelo hasta 1931. La rápida evolución tecnológica que experimentaran los aviones a inicio de los años veinte, hacía convivir en nuestras Fuerzas Aéreas un amplio abanico de marcas, tipos y modelos. Para tratar de paliar esta situación, el general Echagüe, director de la Aeronáutica Militar, convocó, en noviembre de 1922 (R.O. del 10 de noviembre de 1922), un concurso para seleccionar un número limitado de aviones para dotar a la Aviación Militar. Al contrario que en 1919, el concurso estaba abierto a los fabricantes extranjeros, siendo una de las condiciones del concurso para la compra de los aviones que se seleccionasen, que su fabricación debería de realizarse en España, si bien el primer lote de aviones podría construirse en el país de origen del fabricante. Finalizadas las pruebas, la junta calificadora de los concursos de caza y bombardeo decidió declararlos desiertos, mientras que la elección del avión de reconocimiento quedaba a expensas de realizar nuevas pruebas complementarias entre el Breguet 19, el Fokker C-IV y el De Havilland DH-9, pruebas que nunca se realizaron. A mediados del mes de junio de 1923, la Aviación Militar adjudicó el concurso de aviones de reconocimiento a la empresa Breguet. Se decidió adquirir 30 unidades a la firma francesa y 26 más cuya producción en España se adjudicó a la recién creada compañía CASA (fundada el 3 de marzo de 1923), la cual, para ello, decidió erigir una fábrica en Getafe. Jorge Loring arrendó unos terrenos en el municipio de Carabanchel, junto al Aeródromo de Cuatro Vientos, donde proyectó e inició en el verano de 1923 la construcción de un hangar y de una fábrica de aeroplanos. Anteriormente, había conseguido de la casa holandesa, Fokker, la licencia de fabricación de dos de sus modelos, el SII y el C.IV. En el mes de octubre de 1923, el Gobierno autoriza la compra de 20 biplanos Fokker de reconocimiento a la empresa de Loring. Con- AME VI ú ltimo avió n fabricado en los talleres de Cuatro Vientos 252 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2016


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