dossier la Academia, junto con una serie de problemas mecánicos, las pillanes fueron retiradas de vuelos de escuela y sometidas a diversas pruebas y revisiones, reanudando su actividad docente en septiembre de 1991. El C-101 y la Bonanza se convirtieron en los únicos aviones de enseñanza para Escuela Elemental y Básica durante este parón. Nuestro simulador de E.25 fue uno de los grandes avances a su llegada en abril de 1983, consiguiendo amortizar muchas horas de vuelo real, permaneciendo hoy en día plenamente operativo, aunque con una importante modernización constantemente actualizada en los últimos 10 años. No cabe duda que nuestra Patrulla Águila viene siendo un referente de los alumnos de esta academia desde el año 1985, cuando fue creada. Su profesionalidad, disciplina en vuelo, trabajo en equipo, sacrificio con afán de superación y espíritu aeronáutico crean la perfecta combinación para que nuestros futuros oficiales pilotos encuentren en ellos la motivación necesaria para superarse en el día a día de su formación aeronáutica como aviadores. Para la enseñanza en vuelo contamos con nuestra flota de E.26 Pillán y nuestro E.25 Mirlo. Aviones que llevan prestando su servicio más de 25 y de 30 años respectivamente. Bien es verdad que están llegando al final de su ciclo operativo, pero por las características que tienen, hacen de ellos uno de los mejores sistemas de enseñanza que, unido a su bajo coste de mantenimiento, constituyen unas excelentes plataformas para pasar a la fase avanzada de la especialidad de caza (F-5M, AE.9), transporte (CN-235, T.19) y helicópteros (EC- 120 Colibrí, HE.25 y Sikorsky S-76, HE.24). Viene a ser algo así como la formación de un niño en el colegio, donde no le proporcionarán en su primer día de clase una tablet o un iPad para que aprenda a escribir o a sumar y restar. Lo hará desde el comienzo elemental, aprendiendo a coger el lápiz y a saber escribir, para después lenta y progresivamente avanzar en su formación y convertirse en un arquitecto, o un ingeniero, o un escritor, o quien sabe, un aviador de nuestro Ejército del Aire. La labor de aviador no tiene género, no está reservada solo para hombres, en el año 1991 se formó la primera mujer piloto, consiguiendo la plena integración de la mujer en el Ejército del Aire y una igualdad efectiva, pudiendo optar las mujeres a todos los puestos y empleos. Nuestros alumnos adaptan su formación a los cambios que se producen en un mundo que es global y a la evolución de los conflictos internacionales para que, una vez que finalicen su fase CASA C-212 Aviocar (T.12) 74 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2018
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