La titular de Defensa española, Margarita Robles, durante la reunión telemática de ministros de la UE el 6 de abril.
organizaciones internacionales, fundamentalmente
ONU, Unión Europea y OTAN».
Ya a finales de febrero, la Alianza activó
sus diversos mecanismos de respuesta
—además del EADRCC, han estado
plenamente operativas la Capacidad de
Transporte Estratégico (SAC) y la Iniciativa
de Transporte Aéreo Internacional (SALIS)—
y a lo largo de abril se ha ampliado
la actividad aliada con la asistencia bilateral
entre países, el despliegue de equipos
médicos, la activación del Centro Europeo
de Coordinación de Movimientos (MCCE)
o la puesta en marcha de la iniciativa de la
Rapid Air Mobility (RAM) —cuyo empleo
fue autorizado el 2 de abril— y que ha
permitido simplificar los procedimientos
para vuelos de ayuda militares. También a
comienzos de abril, el secretario general
designó al Comandante Supremo Aliado
en Europa, el general Tod Wolters, como
responsable para coordinar toda la respuesta
de la Alianza a la pandemia.
En total, la OTAN ya ha realizado más
de 150 misiones para transportar personal
médico, suministros y equipos de
asistencia médica y farmacéutica; facilitado
la construcción de una treintena de
hospitales de campaña; e instalado más
de 30.000 camas hospitalarias; cerca de
6.000 médicos militares se han desplegado
en apoyo de los esfuerzos civiles; y a
través de la Organización de Ciencia y Tecnología
de la OTAN se ha ofrecido una plataforma
de información clasificada donde
los científicos de países aliados y asociados
pueden compartir sus contribuciones
en la lucha contra el SARS-CoV-2 (hasta el
momento, la plataforma ha sido ofertada a
más de 6.000 científicos). También en las
misiones y operaciones la Alianza está colaborando
para ayudar a la población y a
las autoridades locales en su lucha contra
la pandemia; por ejemplo en Afganistán,
miembros de Resolute Support han proporcionado
equipos sanitarios a las fuerzas
de seguridad afgana en 15 provincias; o en
Kosovo, la Unidad Especializada Multinacional
dirigida por Italia ha realizado más
de 50 entregas de donaciones de artículos
de primera necesidad en 14 municipios.
INVESTIGACIÓN
Desde el comienzo de la emergencia
sanitaria el secretario general de las
Naciones Unidas, António Guterres, ha
defendido el trabajo conjunto y la solidaridad
como la única manera de superar
esta crisis sin precedentes (los datos de
la ONU a 30 de abril, cifran en más de
3,1 millones los contagiados y cerca de
226.000 las personas fallecidas). Por ello,
Guterres no ha parado de alzar la voz en
favor de los más vulnerables («en esta carrera
contra un enemigo invisible todos los
países deben contraatacar, pero no todos
comienzan desde la misma línea de salida,
no podemos olvidar a quien más nos
necesita») y de reclamar la utilidad de las
organizaciones internacionales, en especial
la Organización Mundial de la Salud.
En este sentido, el pasado 24 de abril,
las Naciones Unidas, la OMS y los principales
líderes mundiales del sector público
y privado anunciaron una alianza para
acelerar la vacuna contra el SARS-CoV-2
y hacerla accesible a toda la humanidad.
En este momento hay más de 100 proyectos
de investigación en todo el mundo
avalados por la OMS para dar con un
fármaco que proteja contra este virus, de
los que siete —dos de ellos coordinados
por el Centro Superior de Investigaciones
Científicas español— ya están realizando
ensayos clínicos y dos, uno liderado por
la Universidad de Oxford y otro en Alemania,
comenzaron a finales de abril a probarlos
en individuos sanos. «Los datos
deben ser compartidos, la capacidad de
producción preparada, los recursos movilizados,
las comunidades involucradas
y la política comprometida. Sé que podemos
hacerlo. Sé que podemos poner a
las personas primero», dijo el secretario
general durante la videoconferencia que
selló la denominada Alianza Mundial contra
el coronavirus. Por su parte, el presidente
español, Pedro Sánchez, aseguró
que la solidaridad y el multilateralismo
son el único camino hacia adelante y
afirmó que «tenemos que dejar atrás los
esfuerzos individuales y fragmentados e
ir hacia una aproximación colaborativa.
La magnitud de la inversión necesaria,
los riesgos que conlleva y el miedo de los
mercados reguladores son obstáculos
reales a la búsqueda de una vacuna. Ninguna
compañía privada, gobierno o país
por sí solo puede sobrepasarlos».
Rosa Ruiz
La ONU ha
fomentado una
alianza para
conseguir una vacuna
que sea compartida
por todos
Mayo 2020 Revista Española de Defensa 35
Marco Romero/MDE