Obra del «cirujano
consultor de los
Reales Exércitos»
Balmis sobre las
virtudes médicas
de las raíces de
ágave (arriba) y
begonia (izquierda).
Ejemplar del Real
Jardín Botánico.
bó costando la vida a su responsable
(1810). El catalán murió dos años antes
de darse por cumplida una comisión
que llegó hasta los límites de la
Patagonia.
Balmis navegó a Veracruz previa escala
en La Habana y el Yucatán, para
alcanzar la capital de Nueva España en
agosto de 1804. Desde Ciudad de México
propagó la vacuna por el virreinato
antes de emprender en Acapulco el viaje
a Filipinas con otros 26 niños. Desde
Manila, se trasladó con parte de la expedición
a Macao y Cantón para difundir
la vacuna en China, regresando finalmente
vía Santa Elena y Lisboa a Madrid,
donde llegó en septiembre de 1806.
RECONOCIMIENTO
El alicantino fue recibido con honores y
retomó su trabajo en vísperas de la invasión
napoleónica. Leal a Fernando VII
y confiscados su bienes por José I, se
afincó en Sevilla y luego en Cádiz, desde
donde volvió comisionado a América
(1809) para evaluar los resultados de la
real expedición y proponer mejoras.
De vuelta a la Península, cargado
como siempre de plantas exóticas, Balmis
se instaló en Madrid y siguió en sus
ocupaciones científicas hasta llegar su
muerte, en febrero de 1819.
Atrás quedaba una gesta alabada por
el mismo Jenner, que fue incapaz de
imaginar en los anales de la historia «un
ejemplo de filantropía tan noble y tan
extenso» como la Real Expedición Filantrópica
de la Vacuna, conocida para
siempre como la Expedición Balmis.
Germán Segura García
Cámara, entre los que estaban los también
militares Antonio Gimbernat, Leonardo
Galli e Ignacio Lacaba.
Así se dio luz verde a la Real Expedición
Filantrópica de la Vacuna, cuya
dirección fue encomendada a su promotor.
El puerto escogido para la partida
fue el de La Coruña y el medio de
transporte, la corbeta María Pita.
SALVANY, SEGUNDO A BORDO
Acompañaban a Balmis, el cirujano
militar catalán José Salvany, subdirector
de la empresa, dos practicantes,
entre ellos su sobrino Francisco Pastor;
tres enfermeros, 22 niños de la casa de
expósitos de la capital gallega, para
inocular y conservar la vacuna durante
la navegación, y, por último, la
rectora de la casa, Isabel Zendal, para
cuidarlos.
La expedición zarpó el 30 de noviembre
de 1803 e inició las vacunaciones en
Tenerife. En febrero de 1804 continuó
hacia Puerto Rico y luego a Caracas.
Allí, Balmis subdividió la expedición; y
tomó a cargo la parte septentrional del
continente, mientras Salvany iba al sur.
Esta segunda empresa se enfrentó
con una geografía adversa, interminables
selvas y altas cumbres, que aca-
Para saber más del mundo de Balmis
historia
EL buscador de recursos de información
de la web de Patrimonio Cultural
de Defensa (patrimoniocultural.
defensa.gob.es) devuelve tres decenas de
apuntes al buscar Francisco Xavier Balmis,
en español e inglés. Añade alguno más, si
se indaga sobre la expedición filantrópica.
Entre ellos aparece el Tratado histórico
y práctico de la vacuna, de J.L. Moreau,
traducido por Balmis (1804). De este, la
Biblioteca del Instituto de Medicina Preventiva
de Defensa guarda un volumen y
su facsímil (MDE, 2004) está disponible,
por ejemplo, en la Biblioteca Centro de
Documentación del Ministerio.
Además, la Biblioteca Virtual del Departamento,
así como los archivos generales
militares de Madrid y Segovia son
puntos de encuentro con el médico militar,
su empresa y otros aspectos relacionados
con su mundo, por ejemplo, la imposición
a los hospitales para conservar «fluido vacuno
» y reglamentos a los que estuvo sujeto
como cirujano de los Ejércitos del Rey.
Las webs de la Real Academia de la
Historia, la Biblioteca Nacional y el Real
Jardín Botánico, que conserva un ejemplar
de su tratado sobre las bondades curativas
de las raíces de ágave y begonia,
tienen asimismo referencias sobre Balmis.
WEB HOMENAJE
La Cátedra Balmis de Vacunología de la
Universidad de Alicante ofrece amplia
información en la página balmis.org. Un
punto de referencia más es la Asociación
Isabel Zendal, cuidadora de los niños portadores
de la vacuna en la expedición.
Con motivo de los 200 años de la empresa,
la Revista de Sanidad Militar dedicó
su núm. 60 al hito y la RED publicó varios
artículos. Y hay novelas sobre la misión,
como Ángeles Custodios, de A. Arteaga.
Esther Paloma Martínez
Real Cédula para que los hospitales
guarden «fluido vacuno» en una sala.
Archivo General Militar de Madrid
56 Revista Española de Defensa Mayo 2020