de Puerto Príncipe (Cuba), fueron respectivamente el primer legionario y primer oficial muertos en combate,
sellando con su vida el inquebrantable compromiso de La Legión al servicio de España.
En este rápido acontecer, se producen los sucesos de Annual y la retirada desorganizada que tantas muertes
desencadenó en la zona oriental del Protectorado, provocando una situación especialmente delicada en la ciudad
de Melilla. De inmediato y desde la zona occidental, la Primera Bandera con una compañía agregada
de la Segunda marcharán en su socorro camino de Tetuán, llegando sus legionarios exhaustos a Ceuta para
embarcar con rumbo a Melilla. Los melillenses arengados por el Fundador y ante la imagen guerrera de los
legionarios, los reciben esperanzados y confiados. Y es en este contexto donde tienen lugar los hechos de armas
que confirman para el futuro la razón de ser de nuestra Legión.
Será en el Blocao de Dar Hamed, a mediados de septiembre de 1921, dónde el legionario de primera
Suceso Terrero López, el "Héroe de La Legión", fiel al Credo legionario, acudirá voluntario con sus
catorce inmortales Caballeros Legionarios en socorro del Blocao llamado de la muerte; pereciendo bajo el
fuego enemigo todos ellos. El ejemplo, el valor y el sacrificio del que harán gala los legionarios en esta acción,
desencadenará el reconocimiento y el respeto de todos sus compañeros de armas y constituirá el testimonio perenne
de su compromiso con los espíritus del Credo Legionario hasta las últimas consecuencias.
La Legión desde este momento, y ya durante toda la campaña hasta la total pacificación del Protectorado,
impulsará al ejército con la moral renovada hacia una victoria definitiva, contagiando con su acometividad y
entusiasmo al resto de unidades hermanas. El largo caminar de esta centenaria Legión ha sido jalonado por
9.720 muertos -7 de los cuales en operaciones de mantenimiento de paz-, 36.205 heridos, 23 "Laureados", 7
"Laureadas Colectivas", 226 "Medallas Militares Individuales", 22 "Medallas Militares Colectivas"
y 22.561 "Cruces al Mérito Militar con distintivo Rojo".
Desde sus orígenes y, en particular, desde el inicio del despliegue de fuerzas españolas en misiones en el exterior
en 1989 hasta nuestros días, ha sido un actor de especial relevancia junto al resto de Unidades de las Fuerzas
Armadas, mostrando su entrega y permanente disponibilidad a ser empleada en los escenarios más demandantes
o allá dónde se le ordene.
Consciente de su pasado, fiel a su Credo, usos y costumbres, con esa permanente voluntad de ocupar los
puestos de vanguardia y de mayor riesgo y fatiga, ha contribuido significativamente a los cambios organizativos
y operativos, siendo una de las referencias en la innovación de técnicas, tácticas y procedimientos, fruto de su
constante celo por mantener un alto grado de eficiencia y modernidad.
Con la mirada siempre puesta en los retos operativos a los que nuestro Ejército de Tierra se enfrenta para
adaptarse al próximo futuro, La Legión con sus Damas y Caballeros Legionarios de hoy cumple cien años de
compromiso al servicio de España y los españoles bajo el lema "Legionarios a luchar. Legionarios a morir".
Y acontecidos cien años de valor, pero también con el valor que dan cien años, la Legión continuará con su
vocación de vanguardia para seguir en el futuro aportando a esta sociedad a la que sirve, su valor: el valor
que le ofrecen sus Oficiales, Suboficiales, Damas y Caballeros Legionarios, guiados todos ellos por los doce
"espíritus" del Credo que los une.
552 · III-2020 69 La Legión