L Teniente de navío
Antonio Jesús Valderas Medina
«ES EL DESTINO MÁS
OPERATIVO EN TIERRA» «AL COVAM vine voluntario. Sabía del trabajo
que se hace aquí porque, anteriormente, estuve
destinado en barcos y nos apoyábamos mucho
en este centro». El teniente de navío Antonio Jesús Valderas
acaba de finalizar su guardia de 24 horas en el COVAM
y, recordando su experiencia a bordo de distintos buques,
recomienda a todos los pesqueros y mercantes, «sobre todo
los que se encuentran en el golfo de Guinea y en el océano
Índico», que se pongan en contacto con ellos «para que
podamos mandarles todos los avisos de seguridad en temas
de piratería».
El mar no fue la primera opción del teniente de navío
Valderas cuando ingresó en las Fuerzas Armadas. Anteriormente,
fue soldado del Ejército del Aire. Siendo ya oficial,
ha estado destinado en varios buques —Martín Posadillo,
patrullero Cazadora…— para pasar a la comandancia naval
de Almería y a la Escuela de Infantería de Marina General
Albacete y Fuster. Finalmente, recaló en el COVAM, donde
aún le quedan dos años por delante. «Me gustaría seguir
aquí y, si no fuera posible, en algún otro destino en Cartagena.
Por no mover mucho a la familia».
El COVAM hace el
seguimiento de 50.000
barcos cada día y registra
3.000 incidencias al año
L Marinero Pablo Riquelme Marín
«SIENTES QUE HACES
ALGO ÚTIL»
SENTADO en su puesto del centro de control del
COVAM, el marinero Riquelme acaba de comenzar
su guardia. Cuando llegó por la mañana, le dieron
las novedades de la situación del mar en las zonas que
controlan. «Y empezamos a buscar las embarcaciones que
estamos siguiendo con más atención, actualizamos sus posiciones,
vemos si han entrado en nuestras aguas jurisdiccionales,
qué están haciendo, e informamos de todo ello».
«Aquí sientes que haces algo útil, ayudas a tus compañeros
que están en la mar», señala. La mayor parte de los contactos
que mantiene con los barcos son por internet. «Solo les
llamamos por teléfono si la información que tenemos que
mandarles es muy urgente».
Nacido en Cartagena hace 31 años, Riquelme entró en
la Armada en 2008. Tras navegar en el buque de transporte
Martín Posadillo «con el que viajé a Líbano, Turquía…»,
pasó destinado a las instalaciones deportivas de Cartagena
donde ayudaba al instructor a pasar las pruebas físicas y
ejercía de socorrista, «porque también soy buceador-nadador
de salvamento». Al COVAM llegó sin saber muy bien
el trabajo al que se iba a enfrentar. «Te das cuenta de que
manejas mucha información y eso, al principio, abruma.
Tienes que adaptarte».
46 Revista Española de Defensa Enero 2022