1870. LA ANEXIÓN DE ROMA POR EL EJÉRCITO ITALIANO 237
y dejaba un residuo de poder temporal del Papa circunscrito a la Ciudad
Leonina9. No sin razón, Roger de Beauffort decía que las razones dadas no
eran más que una historia de los crímenes cometidos por el cordero contado
por el mismo lobo10.
En los primeros días de septiembre llegó a Florencia la noticia de la
derrota de los franceses en Sedán. La izquierda aprovechó la noticia para
amenazar con la dimisión de sus diputados si no se ocupaba inmediatamente
Roma. Para presionar al Gobierno y agitar el ambiente, organizó manifestaciones
y revueltas en toda Italia a los gritos de abajo el Gobierno, Roma
capital y Roma o la república, llegando a intimidar con una revolución en el
caso de no resolverse la cuestión. El monarca y el Gobierno se encontraron
ante un dilema: ocupar Roma o afrontar el peligro de una revolución republicana11.
Cuando unos días más tarde llegó la noticia de que en Francia se
había declarado la república, el mismo Gobierno decidió invadir los Estados
Pontificios y anexionarse la capital12.
Se envió al conde Ponza di San Martino a Roma con una carta de
Víctor Manuel II para Pío IX, en la que cínicamente le pedía que aceptase
la ocupación militar sin oponer resistencia, bajo la promesa de asegurar
la independencia de su poder espiritual. Simultáneamente, Visconti Venosta
enviaba el 7 de septiembre otra circular a los representantes en el
extranjero en la que sin rubor alguno justificaba la decisión de ocupar los
Estados Pontificios, bajo la excusa de un peligro inexistente, la apropiación
indebida de un principio de intervención y la creación de una falsa
Revista de Historia Militar, 131 (2022), pp. 237-288. ISSN: 0482-5748
amenaza
(…) por los peligros existentes entre Italia y el Gobierno pontificio (…),
teniendo el derecho y el deber de garantizar su propia seguridad (…), amenazada
por la existencia de un estado teocrático hostil, que se sostiene por las
intervenciones extranjeras y cuyo territorio ofrece una base de operaciones a
todos los elementos de desorden13.
La mañana del 10 de septiembre Pío IX recibió al conde de San Martino.
La carta de Víctor Manuel II al Papa era un auténtico ejercicio de
9 DDI. Prima Serie, Vol XIII, Visconti Venosta ai representanti diplomatici all’estero, Florencia,
29-8-70 (nº 580), pp. 409-418.
10 BEAUFFORT, Roger de: Histoire de l’invasion des ètats Pontificaux et du siége de
Rome par l’armée italianne en septiembre 1870. Librairie de Victor Palmé, Paris, 1874,
p. 66.
11 MARTINA, Giacomo: Pio IX (1867-1878). Editrice Pontificia Università Gregoriana,
Roma, 1990, pp. 233-234.
12 BEAUFFORT, R.: Op. cit., pp. 66-82.
13 DDI. Prima Serie, Vol. XIII, Visconti Venosta ai representanti diplomatici all’estero,
Florencia, 7-9-70 (nº 681), pp. 483-484.