CITA EN GIJÓN
Días más tarde, el domingo 24 de julio,
un F-18 del Ala 12 y los helicópteros de la
patrulla ASPA asombraron con sus acrobacias
a los 250.000 espectadores que abarrotaron
la playa y el Muro de San Lorenzo
y sus aledaños para asistir al Festival Aéreo
de Gijón. Este año el evento ha tenido,
además, una dimensión nocturna, denominada
Sunset Air Show, un espectáculo
pirotécnico, de fuegos artificiales lanzados
desde las aeronaves, que inundó de luz
y color el cielo y también el mar, por sus
reflejos en el agua. Antes de oscurecerse
totalmente el horizonte, mientras caía el
sol tras la iglesia de San Lorenzo y el Cerro
de Santa Catalina irrumpió sobre la playa
con su vuelo pausado un helicóptero de la
Unidad Cuco de la Guardia Civil y, a poniente,
surgió el F-18 sobrevolando la bahía
en un abrir y cerrar de ojos. Su piloto,
el comandante Roberto García Macías, se
hizo oír por la megafonía instalada a lo largo
del paseo marítimo —«¡Buenas tardes,
Gijón!»— al tiempo que realizaba una de
las pasadas. El piloto efectuó un tránsito
lento —al límite de la sustentación— de
un extremo a otro de la playa, un vuelo
en invertido seguido de un viraje de mínimo
radio unido a un tonel, una trepada
totalmente vertical y un looping, maniobras
que arrancaron los aplausos del público
asistente. Al caza español le siguieron dos
ultraligeros del aeroclub gijonés La Morgal
y, después, cuatro aviones Pioneer 300 de
la patrulla italiana del mismo nombre. Estas
Septiembre 2022 Revista Española de Defensa 13