profesionales
La batalla
DEL TIEMPO
Los especialistas del Centro Español de Meteorología para la
Defensa prestan apoyo a las operaciones militares
«en cualquier parte del mundo LA meteorología puede ser un enemigo
más en las operaciones militares
y nosotros somos sus analistas»,
afirma Beatriz Sanz y Fernández-
Cuevas, jefa del Centro Español de
Meteorología para la Defensa (CEMD). Se expresa
en plural porque trabaja al frente de un grupo de veteranos
y jóvenes especialistas (otros dos meteorólogos
como ella, seis analistas predictores y seis observadores
de predicción) cuya máxima es «la coordinación
estrecha entre nosotros», como destaca en nombre
de sus compañeros Felix Chinchón, predictor. Todos
ellos son funcionarios civiles de la Agencia Estatal de
Meteorología (AEMET) y están adscritos al Mando
de Operaciones (MOPS) en la base de Retamares
(Madrid) para asesorar a las Fuerzas Armadas en este
ámbito, tanto en sus despliegues internacionales como
en ejercicios de adiestramiento.
Sus indicaciones son decisivas en áreas tan complicadas
desde el punto de vista atmosférico como el Sahel,
«cuyos veranos son impredecibles», señala Chinchón.
Las altas temperaturas pueden obligar a reducir la capacidad
de carga de las aeronaves del destacamento
Marfil, que realizan misiones de transporte en la zona,
y la lluvia determina su alcance, obligándolas a variar
sus rutas para evitar las tormentas. Igual sucede en el
océano Índico con los vuelos de reconocimiento del
C-295 Vigma o el P3 Orión de vigilancia marítima en el
marco de la operación Atalanta.
La entrada de los virulentos vientos monzónicos en
el Cuerno de África afecta a la velocidad del oleaje
condicionando también el empleo de los buques de
esta misión. El Báltico, donde actúan nuestros F-18
en misiones de policía aérea, es otro de los escenarios
para el que se elaboran informes diarios de avisos y
predicción de fenómenos meteorológicos adversos,
que llegan, asimismo, a los buques de la Armada que
se encuentran navegando por todo el mundo.
Todos los lunes y jueves, en la reunión diaria del
MOPS en la que se realiza una actualización del estado
de las operaciones, la jefa del centro les ofrece
un briefing general sobre el impacto meteorológico en
las respectivas zonas. Además, cada uno de los contingentes
recibe a diario uno propio que se lanza desde
Retamares a última hora de la madrugada con pronósticos
a 72 horas y otro a más largo plazo elaborados
por observadores y predictores, respectivamente. «En
ocasiones podemos presentar una media de 20 briefings
cada día», explica Lidia Gil, observadora de predicción
recién llegada a al centro.
«El mayor porcentaje de nuestro trabajo está dedicado
a la Armada y al Ejército del Aire y del Espacio»,
destaca su compañero meteorólogo Aurelio Barranco.
Además de estos modelos de definición de impactos de
la meteorología en zona de operaciones, el centro ofrece
otros informes específicos como son, entre otros,
los aeronáuticos, de tiro de artillería, lanzamientos paracaidistas,
incidentes NBQ, dispersión de contaminantes,
riesgos de incendios o nevadas…
«Nuestra labor es apoyar las operaciones de las
Fuerzas Armadas en todos sus niveles de ejecución: planeamiento,
estratégico, operacional y táctico», destaca
Beatriz Sanz. En su opinión, son «la punta de lanza» de
la modernización del apoyo meteorológico que demandan
los militares. Para ella, el gran logro de este centro
es que los funcionarios de AEMET trabajan plenamente
integrados en el Ministerio de Defensa. «El MOPS nos
ha integrado en su estructura, lo que demuestra que la
información que proporcionamos es relevante. La meteorología
también puede ser un enemigo».
José Luis Expósito
Fotos: Pepe Díaz
Septiembre 2022 Revista Española de Defensa 45