COMBATE en las ondas
El espectro electromagnético es el campo de batalla del
Regimiento de Guerra Electrónica 31
UN convoy avanza por un
camino en Afganistán.
En él va un todoterreno
con un equipo de guerra
electrónica. El operador capta una
conversación del enemigo por walkie
talkie. El intérprete que está a su lado
la traduce. Inmediatamente, se lanza
la alerta: «¡Mi capitán! en un minuto
nos hostigarán por el oeste». El mando
ordena replegarse. Han dado la vuelta
a la situación y ahora llevan la iniciativa.
Son circunstancias que conocen
muy bien los sargentos primeros Díaz
y Ballesteros. «Al saber lo que iban a
hacer, podíamos anular el efecto sorpresa
de un ataque enemigo», señalan
estos dos militares del Regimiento de
Guerra Electrónica 31 (REW 31), perteneciente
al Mando de Transmisiones
del Ejército de Tierra.
Desde su creación, en 1996, esta
unidad ha enviado a sus hombres y
mujeres a los distintos escenarios y zonas
de operaciones de todo el mundo
donde ha sido requerida su presencia.
Son militares muy especializados, en
continuo proceso de adaptación a las
técnicas emergentes en este campo. Si
la tecnología militar ha avanzado a pasos
de gigante, el salto de las comunicaciones
ha roto esquemas al pasar del
uso de palomas mensajeras a la guerra
electrónica (electronic warfare o EW),
fundamental en todos los dominios del
combate: tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio.
Su campo de actuación son las ondas
electromagnéticas. Un ejemplo es
el radar, que empezó a funcionar como
arma defensiva en la II Guerra Mundial
para detectar aviones enemigos.
Pero el campo de la EW se ha ampliado
hasta extremos casi inimaginables,
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fuerzas armadas
Los equipos del
REW 31 están
instalados sobre
vehículos y shelters
de varios tipos.