algo que se palpa al adentrarse en las
dependencias del acuartelamiento Zarco
del Valle, en el madrileño barrio de
El Pardo, sede del REW 31. Sus pabellones,
construidos en 1917, encierran
algunas de las tecnologías más punteras
del Ejército de Tierra. De hecho, el
nombre del cuartel da pistas del espíritu
que lo impregna. Antonio Remón
Zarco del Valle y Huet (1785-1866) fue
un general y ministro de la guerra que,
además de ser condecorado cuando era
capitán de ingenieros en la guerra de
la Independencia, fue presidente de la
Real Academia de Ciencias y miembro
de otras 23 academias y sociedades
científicas, algunas en el extranjero.
El avance tecnológico es fundamental
porque el combate no lo gana quien
más bombas lanza sino quien mejor las
dirige y más evita, y esto es una misión
básica de la EW. Situaciones como
las que vivieron nuestros soldados en
Afganistán son buena muestra de ello,
pero pueden ser de lo más variadas,
como otra que relata el suboficial mayor
J. Carlos Pinilla Robledillo: Cuando
un convoy atravesaba una población
el equipo de EW detectaba actividad de
telefonía. «Era algo normal; la gente
habla por teléfono». Pero, como describe
Pinilla: «Si al salir hacia la carretera
la actividad móvil desaparecía pero aumentaba
de nuevo a varios kilómetros,
en medio de la nada, había que estar
prevenidos; podría ser que quisieran
activar un explosivo por telefonía móvil.
En estos casos, el operador de EW
advierte al mando del convoy y este
despliega a sus hombres y hace volar
drones de vigilancia para saber lo que
está pasando».
DE SALVACIÓN A PESADILLA
Es decir, los equipos de guerra electrónica
salvan vidas, pero también son
una potente arma ofensiva. El coronel
Francisco Javier Fernández Conde,
jefe del REW 31, pone como ejemplo
el ataque de Zelenopillya, en la guerra
del Donbás, en julio de 2014: «Los rusos
localizaron un batallón mecanizado
gracias a las comunicaciones que emitía.
Lo confirmaron por otras fuentes y
lanzaron un ataque con cohetes desde
quince kilómetros de distancia. El batallón
quedó aniquilado. Los ucranianos
se dieron cuenta de que habían
Septiembre 2022
El equipamiento electrónico con el que opera la unidad puede interceptar
comunicaciones de radio, imagen o data link.
Revista Española de Defensa 37
sido localizados por sus comunicaciones,
así que las redujeron al máximo,
pero esto provocó descoordinación en
sus movimientos».
En el ensayo The Kill Chain, sobre
guerra electrónica, se describe otro
caso muy ilustrativo, el de unos hackers
rusos que engañaron a un comandante
ucraniano para que respondiera a una
llamada de móvil que parecía de su madre.
Al descolgar, lo geolocalizaron y lo
mataron con cohetes de precisión. Y es
que, como apunta el coronel Fernández
Conde, la guerra electrónica ofrece
muchas posibilidades: «Por ejemplo,
meter ecos falsos en el radar enemigo
para hacerle creer que hay algo, o
simular comunicaciones en un punto
para que el adversario piense que allí
se ha establecido un puesto de mando».
Otra de sus aplicaciones es la guerra
de navegación. «Consiste en degradar
la señal de los satélites sobre geoposicionamiento
de buques y aviones. Es
lo que se llama spoofing, anular o alterar
la señal de GPS. Se puede modificar,
incluso, la de un misil guiado
por GPS», señala el coronel. Su efecto
puede ser decisivo en el combate aéreo:
«¿Se imagina un caza volando a
900 km/h y que el piloto no sepa dónde
está porque su GPS le da una posición
errónea? A partir de aquí los errores
van en cadena: abrir fuego amigo, no
encontrar avión nodriza para abastecimiento,
etcétera». Quién sabe si por
eso algunos de los cazas rusos derribados
en la guerra de Ucrania llevaban
GPS básicos pegados a los tableros: no
se fiaban de donde estaban.
Aquí es donde entran en juego las
contramedidas de guerra electrónica.
La más conocida de aviones y helicópteros
son los chaff (del inglés, señuelo).
Se trata de soltar una nube de pequeñas
piezas de aluminio, fibra de vidrio
o plástico metalizado. Cuanto más ligeras
más tiempo permanecen en el aire.
Lo que generan en el radar es una nube
electromagnética que le impide ver
dando tiempo al piloto a una maniobra
evasiva. Pero contra esta contramedida
hay otra medida: la inteligencia
Los equipos de
guerra electrónica
salvan vidas, pero
también son una
potente arma
ofensiva