144 La superioridad aérea

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Superioridad aérea: el gran reto del poder aéreo en la fuerza conjunta aliada Chengdu J-20. (Imagen: Aviation International News) En los últimos tiempos, la probabilidad de conflicto interestatal ha aumentado debido a potencias regionales que buscan un papel más prominente en el orden internacional. Más específicamente, Rusia y China se han convertido en el foco de atención para la seguridad internacional. Estos dos Estados han mejorado significativamente sus capacidades militares en un intento de compensar la ventaja cualitativa y cuantitativa de EE.UU. y sus aliados. Esto, en consecuencia, ha generado una carencia en la capacidad de la fuerza conjunta aliada (en adelante «fuerza conjunta») para alcanzar y mantener la superioridad aérea en un teorico conflicto en el que se enfrenten contra uno de estos adversarios en las proximidades de sus fronteras. Esta supuesta deficiencia supone un importante reto para sus futuras operaciones conjuntas. A fin de facilitar una mayor brevedad y claridad, en adelante este artículo se referirá a dicha deficiencia como «la deficiencia de superioridad aérea», o simplemente «la deficiencia». Al objeto de comprender las implicaciones de esta deficiencia, este artículo se centrará en cuatro aspectos fundamentales de la misma. En primer lugar, una descripción de su origen y naturaleza. En segundo lugar, una breve exposición de su impacto en los distintos dominios de la guerra conjunta, tercero, una explicación de dónde se deben centrar los esfuerzos para contrarrestarla. Finalmente, una descripción de cómo una mejora en esta capacidad podría influir en las operaciones multidominio. Rusia y China presentan un creciente protagonismo que influye en el orden internacional, lo que ha quedado demostrado por algunas de sus acciones recientes en búsqueda de hegemonía regional, tales como la anexión de Crimea por parte Rusia, o el conflicto sobre la soberanía de las islas del mar del Sur de China en el caso de China. Ambos Estados han demostrado estar dispuestos a cuestionar las normas internacionales en un intento de fomentar la percepción de que son grandes potencias1. Sin embargo, además de situaciones en que actores estatales están dispuestos a alterar las reglas, la evolución del orden internacional presenta otros adversarios no estatales que explotan los vacíos de poder que se crean en estados fallidos o débiles. Con el objetivo de contrarrestar estot riesgos dispares, las fuerzas conjuntas necesitan contar con una amplia gama de capacidades y aplicar diferentes enfoques operacionales2. Es importante señalar que el esfuerzo de contrarrestar ambos extremos del espectro de peligros entraña riesgos adicionales para las capacidades conjuntas. Tal y como sostiene el documento Joint Operating Environment 2035, centrarse demasiado en alguna de estas amenazas conlleva consecuencias significativas. Por ejemplo, concentrarse Daniel Fernández de Bobadilla Lorenzo Teniente coronel del Ejército del Aire 144 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2018


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