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dossier y dual dentro del proyecto español de Vigilancia y Seguimiento Espacial actualmente compuesto por: • Centro de Operaciones del Sistema Español de Vigilancia y Seguimiento Espacial (S3TOC, Spanish Space Surveillance and Trancking Operations Center) ubicado en instalaciones de la Jefatura del Sistema de Mando y Control que se dedica a la generación de productos finalistas SST y al mantenimiento de un catálogo internacional de objetos basados en la información obtenida por diferentes sistemas de observación. • Radar Monoestático de Vigilancia Espacial (MSSR, Monoestatic Space Surveillance Radar) en Santorcaz (Madrid), bajo control operativo del EA y elemento principal de detección para objetos en órbitas LEO (entre 200 y 2.000 km). • Una red de nueve telescopios: los denominados Centrum 1 y Tracker 1 (Puertollano), Joan Oró, TRFM, IAC-80, junto a los cuatro telescopios remotos de la red Bootes (dos en España, uno en Nueva Zelanda y otro en Méjico). • Estación Láser de San Fernando (SFEL) operada por el Real Observatorio de la Armada. • En escasos meses el Radar Español de Vigilancia y Seguimiento Espacial (S3TSR, Spanish Space Surveillance and Tracking Surveillance Radar) se encontrará operativo en la BA de Morón. Las prestaciones de este radar se irán incrementando en sucesivas evoluciones del mismo basadas en la escalabilidad del diseño propuesto y constituirá el principal sensor para detecciones en la región LEO. Se hace necesario, no obstante, el desarrollo, en el seno del EA de un centro propio de operaciones espaciales (SpOC, Space Operations Center) ubicado a caballo del S3TOC y el AOC nacional que proporcione un primer nivel de control y gestión del medio espacial como salto previo a posteriores evoluciones de esta capacidad. PERSONAL Si hablamos de sistemas de armas de última generación, en el ámbito del personal el reto es igualmente importante. El objetivo del EA para los próximos años es formar aviadores técnicamente competentes, con una profunda formación doctrinal, capaces, fiables y facultados (empowered) para adaptarse al cambio, responder a los retos e innovar. Esta deberá ser nuestra cultura de organización. Educación, entrenamiento y liderazgo deberán evolucionar para garantizar que nuestro personal tenga el conocimiento y competencias para comprender las implicaciones de la era de la información y desenvolverse confortablemente en un campo de batalla multidominio. Sin embargo, la nueva generación de líderes militares, independientemente de su empleo procede de lo que hoy en día se consideran «nativos digitales» cuyos sentimientos, motivaciones, aptitudes sociales y mentalidad difieren significativamente de los correspondientes a generaciones anteriores, que habrá que saber comprender, potenciar en valores e incorporar a la organización. Pero sobre todo, se deberá adaptar el modelo educativo y de formación al que está sujeto esta nueva generación de profesionales para obtener, finalmente, «líderes». Por consiguiente, nuestro Ejército del Aire en su globalidad, y no solo los centros de formación, deben evolucionar hacia modelos revisados, lejos de conceptos más tradicionales, buscando espacio para la creatividad, innovación, pensamiento crítico o habilidades para el proceso de toma de decisión, sin olvidar los valores esenciales y el compromiso. Particularmente crítica se anticipa la carencia de personal experto en áreas críticas como ciberseguridad, gestión de información, programa- Telescopio de la red Bootes REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2018 201


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