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militar, que en 2009 cedió el testigo al Ejército del Aire, que aceptó la importante responsabilidad de acoger el traspaso de la organización, y darle el necesario apoyo de instalaciones y logístico. Así, si en principio estaba previsto que el TLP estuviera en Albacete hasta el año 2019, el pasado verano se hizo público que se había prorrogado la permanencia otro decenio, hasta 2029. El TLP, como organización, está formado por las más importantes naciones de la Alianza Atlántica, aunque no pertenece a esta, que en su día quisieron crear un centro de excelencia para pilotos y navegantes de sus cazabombarderos. Actualmente forman parte del programa diez países de la OTAN (Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, España, Reino Unido y Estados Unidos). DE LA FRÍA ALEMANIA A UN LUGAR DE LA MANCHA El TLP inició su andadura en 1978 en la base aérea de la Luftwaffe (aviación militar alemana) de Fürstenfeldbruck, para trasladarse un año después a otra base germana, la de Jever. Durante una década esta instalación del centro de Alemania acogió 71 cursos, en los que se graduaron más de 1.200 pilotos y tripulantes. Tras este periodo y en buena parte debido a las protestas de organizaciones de ultra-izquierda disfrazadas de pacifistas, que eran grupos financiados por la entonces Unión Soviética, determinaron el traslado del TLP. La nueva base elegida fue la de Florennes, la gran instalación francófona de la Fuerza Aérea de Bélgica, sita muy cerca de la frontera francesa. Esta base, construida por los alemanes durante las Segunda Guerra Mundial, es sede del 2 Wing de las Fuerzas Armadas de Bélgica, componente aéreo equipado con dos escuadrones de F-16AM/BM, unidad que también habitualmente acude a la actual sede española. Durante los 20 años de estancia en estas instalaciones se fue conformando la actual organización de los cursos TLP, en tres branches (ramas): la de vuelo, academia y doctrina, estructura que posteriormente se trasplanto a España. A principios del actual siglo la organización del TLP decidió buscar una sede menos congestionada por el creciente incremento de la aviación comercial, que satura con sus pasillos el noreste de Europa, y de una mejor climatología, que permitiese dar un impulso a los cursos. Enseguida se dieron cuenta de que uno de los sitios idóneos, que reunía esos requisitos y donde además existía una excelente organización previa y una amplia instalación aeronáutica para acoger el curso, era la citada instalación de Los Llanos, ofrecida como sede por el Ejército del Aire. Además esta zona de Castilla-La Mancha apenas tiene tráfico aéreo, y dispone de unas cercanas Deltas para el entrenamiento, tanto sobre tierra como sobre el mar Mediterráneo, lo que facilita mucho las operaciones aéreas que conlleva cada curso. Así el 7 de octubre del 2006 el Consejo de Ministros de España aprobaba la puesta en marcha del acuerdo técnico que autorizaba la reubicación y las disposiciones generales aplicables para instalar el TLP en España. Al año siguiente se hizo público que la referida instalación sería sede del TLP a partir de 2009, iniciándose las obras de la infraestructura que posibilitara acoger a las aeronaves y, sobre todo, al numeroso personal participante. Tras unas obras, que contaron con un presupuesto de 32 millones de euros se pudo contar con el edificio que actualmente acoge la sede del curso, incluida la sala de planeamientos de operaciones, un gran hangar de mantenimiento en el que caben de 6 a 8 aviones y un complejo de cuatro edificios para alojar hasta 500 personas, que incluye un macro comedor para 800/900 personas, biblioteca, gimnasio, cafetería, lavanderías etc. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2018 205


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